POLITICOM 1 Política y gobernanza: Tres ciudades

sábado, 22 de julio de 2017

Tres ciudades - Yira Plaza O'Byrn

Las ciudades, como afirma Armando Silva no solo constituyen “la imagen de un mundo” sino “el mundo de una imagen”, que lenta y colectivamente se va construyendo y volviendo a construir, incesantemente. En la obra Tres Ciudades, Raúl Ballesteros, nos confronta a varias de esas imágenes e imaginarios que se construyen alrededor de Cartagena, una ciudad donde el discurso turístico se ha impuesto como dominante y que ha determinado la relación de sus propios habitantes con la ciudad, excluyéndolos o invalidando su historia.

En esta serie de dibujos compuesto por diez cuadros, queda en evidencia, como afirma el mismo autor, “la gigantesca desarticulación que tiene la ciudad para sus habitantes”. Al mismo tiempo que muestra el imaginario dominante de lo colonial y lo moderno como lo turístico, nos devela ya sea a través de la parodia o con la representación directa, aquello con lo que se convive pero no se reconoce: la corrupción, la mezquindad y la marginalidad.

En el primer cuadro aparece la ciudad colonial carcomida por parásitos subterráneos. En otro momento aparece el sector turístico de Bocagrande con sus edificios y el afán de ostentar una modernidad que es atacada por aparatos voladores. Por último y con más detalle vemos en ocho cuadros las casas cambuches en las que viven muchos de los habitantes de la zona marginal de la ciudad. En estas últimas el autor se detiene a explorar con más detalle su construcción, su composición, su fragilidad pero a la vez la dignidad de quien ha levantado una casa.

Cartagena es, bien lo dice la investigadora Elisabeth Cunin, “más que otras ciudades colombianas, una ciudad de imágenes”, sobrecargada de representaciones: ciudad heroica, ciudad turística, ciudad mediática. En ese sentido, los dibujos de Ballesteros no interrogan ¿Cuál de esas imágenes es construida por sus habitantes? ¿Cuántas imágenes e imaginarios de la ciudad son negados?