Vivimos una situación transitoria y volátil en la que es difícil la convivencia religiosa
La modernidad líquida, término establecido por el sociólogo, filósofo y ensayista polaco Zygmunt Bauman, es un tiempo sin certezas, donde los hombres que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición se encuentran con la obligación de ser libres asumiendo los miedos y angustias existenciales que tal libertad comporta: la cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro. Desde un punto de vista sociológico, la modernidad líquida, además, hace precarios los vínculos humanos y podría llegar a “licuar” incluso a las religiones.
La modernidad líquida es un tiempo sin certezas, donde los hombres que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres asumiendo los miedos y angustias existenciales que tal libertad comporta; la cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro. Este es el sombrío panorama que nos describe Zygmunt Bauman (Poznań, 1925), un sociólogo, filósofo y ensayista polaco.
Bauman es ahora muy conocido por acuñar el término, y desarrollar el concepto, de la llamada «modernidad líquida». Junto con el también sociólogo Alain Touraine, Bauman es ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010.
Pero ¿qué lugar puede ocupar la experiencia religiosa en este contexto? Si las religiones suelen ofrecer fortaleza y seguridad, ¿qué se puede esperar en la época de la modernidad líquida? ¿Abre Bauman alguna posibilidad? ¿Hay brotes de un posible retorno de lo religioso (como apuntaba José María Mardones) en un mundo deseoso de certezas?
1. Zygmunt Bauman, un judío inquieto y pesimista
Bauman nació en Polonia en el seno de una humilde familia judía. Huyendo de los nazis se trasladó a la Unión Soviética para regresar posteriormente a Polonia, donde militó en el Partido Comunista y fue profesor de filosofía y sociología en la Universidad de Varsovia antes de verse obligado a irse de Polonia en 1968 a causa de la política antisemita desarrollada por el gobierno comunista después de los sucesos de marzo de 1968.
Posteriormente a su purga de la universidad de Varsovia, ha enseñado sociología en países como Israel, Estados Unidos y Canadá. Desde 1971 reside en Inglaterra. Es profesor en la Universidad de Leeds. Y, desde 1990, es profesor emérito. Su obra escrita comienza en los años 50 y se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones tales como las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la hermenéutica, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza.
Antes de entrar el el comentario de sus posiciones filosóficas y sociológicas, ofrecemos una síntesis de su bibliografía original y de su traducción al español.
Bauman es ahora muy conocido por acuñar el término, y desarrollar el concepto, de la llamada «modernidad líquida». Junto con el también sociólogo Alain Touraine, Bauman es ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010.
Pero ¿qué lugar puede ocupar la experiencia religiosa en este contexto? Si las religiones suelen ofrecer fortaleza y seguridad, ¿qué se puede esperar en la época de la modernidad líquida? ¿Abre Bauman alguna posibilidad? ¿Hay brotes de un posible retorno de lo religioso (como apuntaba José María Mardones) en un mundo deseoso de certezas?
1. Zygmunt Bauman, un judío inquieto y pesimista
Bauman nació en Polonia en el seno de una humilde familia judía. Huyendo de los nazis se trasladó a la Unión Soviética para regresar posteriormente a Polonia, donde militó en el Partido Comunista y fue profesor de filosofía y sociología en la Universidad de Varsovia antes de verse obligado a irse de Polonia en 1968 a causa de la política antisemita desarrollada por el gobierno comunista después de los sucesos de marzo de 1968.
Posteriormente a su purga de la universidad de Varsovia, ha enseñado sociología en países como Israel, Estados Unidos y Canadá. Desde 1971 reside en Inglaterra. Es profesor en la Universidad de Leeds. Y, desde 1990, es profesor emérito. Su obra escrita comienza en los años 50 y se ocupa, entre otras cosas, de cuestiones tales como las clases sociales, el socialismo, el holocausto, la hermenéutica, la modernidad y la posmodernidad, el consumismo, la globalización y la nueva pobreza.
Antes de entrar el el comentario de sus posiciones filosóficas y sociológicas, ofrecemos una síntesis de su bibliografía original y de su traducción al español.
Zugmunt Bauman: Obras publicadas desde su estancia en Leeds
• 1973: Culture as Praxis. London: Routledge & Kegan Paul. ISBN 0-7619-5989-0
• 1976: Socialism: The Active Utopia. New York: Holmes and Meier Publishers. ISBN 0-8419-0240-2
• 1976: Towards a Critical Sociology: An Essay on Common-Sense and Emancipation. London: Routledge & Kegan Paul. ISBN 0-7100-8306-8
• 1978: Hermeneutics and Social Science: Approaches to Understanding. London: Hutchinson. ISBN 0-09-132531-5
• 1982: Memories of Class: The Pre-history and After-life of Class. London/Boston: Routledge & Kegan Paul. ISBN 0-7100-9196-6
• 1985 Stalin and the peasant revolution: a case study in the dialectics of master and slave. Leeds: University of Leeds Department of Sociology. ISBN 0-907427-18-9
• 1987: Legislators and interpreters - On Modernity, Post-Modernity, Intellectuals. Ithaca, N.Y.: Cornell University Press. ISBN 0-8014-2104-7
• 1988: Freedom. Philadelphia: Open University Press. ISBN 0-335-15592-8
• 1989: Modernity and The Holocaust. Ithaca, N.Y.: Cornell University Press 1989. ISBN 0-8014-2397-X
• 1990: Paradoxes of Assimilation. New Brunswick: Transaction Publishers.
• 1990: Thinking Sociologically. An introduction for Everyone. Cambridge, Mass.: Basil Blackwell. ISBN 0-631-16361-1
• 1991: Modernity and Ambivalence. Ithaca, N.Y.: Cornell University Press. ISBN 0-8014-2603-0
• 1992: Intimations of Postmodernity. London, New York: Routhledge. ISBN 0-415-06750-2
• 1992: Mortality, Immortality and Other Life Strategies. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-1016-1
• 1993: Postmodern Ethics. Cambridge, MA: Basil Blackwell. ISBN 0-631-18693-X
• 1994: Dwa szkice o moralności ponowoczesnej [Two sketches on postmodern morality]. Warszawa: IK.
• 1995: Life in Fragments. Essays in Postmodern Morality. Cambridge, MA: Basil Blackwell. ISBN 0-631-19267-0
• 1996: Alone Again - Ethics After Certainty. London: Demos. ISBN 1-898309-40-X
• 1997: Postmodernity and its discontents. New York: New York University Press. ISBN 0-7456-1791-3
• 1995: Ciało i przemoc w obliczu ponowoczesności [Body and Violence in the Face of Postmodernity]. Toruń: Wydawnictwo Naukowe Uniwersytetu Mikołaja Kopernika. ISBN 83-231-0654-1
• 1997: (with Roman Kubicki, Anna Zeidler-Janiszewska) Humanista w ponowoczesnym świecie - rozmowy o sztuce życia, nauce, życiu sztuki i innych sprawach [A Humanist in the Postmodern World - Conversations on the Art of Life, Science, the Life of Art and Other Matters]. Warszawa: Zysk i S-ka. ISBN 83-7150-313-X
• 1998: Work, consumerism and the new poor. Philadelphia: Open University Press. ISBN 0-335-20155-5
• 1998: Globalization: The Human Consequences. New York: Columbia University Press. ISBN 0-7456-2012-4
• 1999: In Search of Politics. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2172-4
• 2000: Liquid Modernity. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2409-X
• (2000 [ed. by Peter Beilharz]: The Bauman Reader. Oxford: Blackwell Publishers. ISBN 0-631-21492-5)
• 2001: Community. Seeking Safety in an Insecure World. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2634-3
• 2001: The Individualized Society. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2506-1
• 2001 (with Keith Tester): Conversations with Zygmunt Bauman. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2664-5
• 2001 (with Tim May): Thinking Sociologically, 2nd edition. Oxford: Blackwell Publishers. ISBN 0-631-21929-3
• 2002: Society Under Siege. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2984-9
• 2003: Liquid Love: On the Frailty of Human Bonds, Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2489-8
• 2003: City of fears, city of hopes. London: Goldsmith's College. ISBN 1-904158-37-4
• 2004: Wasted Lives. Modernity and its Outcasts. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3164-9
• 2004: Europe: An Unfinished Adventure. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3403-6
• 2004: Identity: Conversations with Benedetto Vecchi. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3308-0
• 2005: Liquid Life. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3514-8
• 2006: Liquid Fear. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3680-2
• 2006: Liquid Times: Living in an Age of Uncertainty. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3987-9
• 2006: Moralność w niestabilnym świecie [Morality in an instable world]. Poznań: Księgarnia św. Wojciecha. ISBN 83-7015-863-3
• 2007: Consuming Life. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-4002-8
• 2008: Does Ethics Have a Chance in a World of Consumers?. Cambridge, MA: Harvard University Press. ISBN 0-674-02780-9
• 2008: The Art of Life. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-4326-4
• 2009: Living on Borrowed Time: Conversations with Citlali Rovirosa-Madrazo. Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-4738-8
• 2009: (with Roman Kubicki, Anna Zeidler-Janiszewska) Życie w kontekstach. Rozmowy o tym, co za nami i o tym, co przed nami. [Life in contexts. Conversations about what lies behind us and what lies ahead of us.] Warszawa: WAiP. ISBN 978-83-61408-77-2
• 2010: "44 Letters from the Liquid Modern World". Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-5056-2
• 2011: Collateral Damage: Social Inequalities in a Global Age. Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-5294-8
• 2011: Culture in a Liquid Modern World. Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-5355-6
• 2012: This is Not a Diary. Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-5570-3
Bibliografía de Zygmunt Bauman en castellano
Son numerosas las obras de Bauman que han sido traducidas al castellano en estos últimos años. Ello prueba la garra mediática de su pensamiento sobre la Modernidad Líquida. La más conocida es: Modernidad líquida. Editorial Fondo de Cultura Económica, México, DF, 2003.
• Pensando sociológicamente. Nueva Visión. Buenos Aires, 1994.
• Libertad. Madrid. Alianza. 1992. ISBN 978-84-206-0587-6
• Modernidad y ambivalencia. En Beriain, Josetxo (Comp.), Las consecuencias perversas de la modernidad. Barcelona. Anthropos. 1996.
• Legisladores e intérpretes: Sobre la modernidad, la postmodernidad y los intelectuales. Buenos Aires. Universidad Nacional de Quilmes. 1997.
• Modernidad y Holocausto. Madrid. Sequitur. 1998. ISBN 978-84-95363-24-. 4a. ed., 2008: ISBN 978-84-95363-43-5.
• Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Barcelona. Gedisa. 2000. ISBN 978-84-7432-750-2
• La postmodernidad y sus descontentos. Madrid. Akal. 2001. ISBN 978-84-460-1285-6
• La globalización: Consecuencias humanas. México. Fondo de Cultura Económica. 1999.
• Modernidad líquida. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 1999.
• En búsqueda de la política. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 2001.
• La sociedad individualizada. Madrid. Cátedra. 2001. ISBN 978-84-376-1936-1
• Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil. Madrid. Siglo XXI. 2006. ISBN 978-84-323-1272-4
• La sociedad sitiada. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica de Argentina. 2004.
• Ética posmoderna: Sociología y política. Madrid. Siglo XXI. 2004.
• Confianza y temor en la ciudad. Barcelona. Arcadia. 2006. ISBN 978-84-934096-3-0
• Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos[1]. México. Fondo de Cultura Económica. 2005. ISBN 978-84-375-0588-6.
• Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias. Barcelona. Paidós Ibérica. 2005. ISBN 978-84-493-1671-5
• Identidad. Madrid. Losada. 2005. ISBN 978-84-96375-20-8
• Vida líquida. Barcelona. Paidós Ibérica. 2006. ISBN 978-84-493-1936-5
• Europa: Una aventura inacabada. Losada. 2006. ISBN 84-96375-32-3
• Miedo líquido: La sociedad contemporánea y sus temores. Barcelona. Paidós Ibérica. 2007 ISBN 978-84-493-1984-6
• Vida de consumo. Fondo de Cultura Económica. Madrid, 2007. ISBN 978-950-557-725-5
• Tiempos líquidos. Barcelona. Tusquets. 2007. ISBN 978-84-8383-029-1
• Arte, ¿líquido? Madrid. Sequitur. 2007. ISBN 978-84-95363-36-7
• Archipiélago de excepciones. Buenos Aires y Madrid, Katz Barpal Editores. 2008. ISBN 978-84-96859-35-7
• Múltiples culturas, una sola humanidad. Buenos Aires/Madrid. Katz Barpal. 2008. ISBN 978-84-96859-50-0
• Los retos de la educación en la modernidad líquida. Barcelona. Gedisa. 2008. ISBN 978-84-9784-229-7
• El arte de la vida. De la vida como obra de arte. Paidós. 2009. ISBN 978-84-493-2201-3.
• El tiempo apremia (Living on Borrowd Time, 2009, Zygmunt Bauman & Citlali Rovirosa-Madrazo). Barcelona. Arcadia, 2010, ISBN 978-84-937025-8-8
• Mundo Consumo. Barcelona. Paidos. 2010. ISBN 978-84-493-2339-3
• Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global. Fondo de Cultura Económica, 2011, ISBN 9786071608154
• 1973: Culture as Praxis. London: Routledge & Kegan Paul. ISBN 0-7619-5989-0
• 1976: Socialism: The Active Utopia. New York: Holmes and Meier Publishers. ISBN 0-8419-0240-2
• 1976: Towards a Critical Sociology: An Essay on Common-Sense and Emancipation. London: Routledge & Kegan Paul. ISBN 0-7100-8306-8
• 1978: Hermeneutics and Social Science: Approaches to Understanding. London: Hutchinson. ISBN 0-09-132531-5
• 1982: Memories of Class: The Pre-history and After-life of Class. London/Boston: Routledge & Kegan Paul. ISBN 0-7100-9196-6
• 1985 Stalin and the peasant revolution: a case study in the dialectics of master and slave. Leeds: University of Leeds Department of Sociology. ISBN 0-907427-18-9
• 1987: Legislators and interpreters - On Modernity, Post-Modernity, Intellectuals. Ithaca, N.Y.: Cornell University Press. ISBN 0-8014-2104-7
• 1988: Freedom. Philadelphia: Open University Press. ISBN 0-335-15592-8
• 1989: Modernity and The Holocaust. Ithaca, N.Y.: Cornell University Press 1989. ISBN 0-8014-2397-X
• 1990: Paradoxes of Assimilation. New Brunswick: Transaction Publishers.
• 1990: Thinking Sociologically. An introduction for Everyone. Cambridge, Mass.: Basil Blackwell. ISBN 0-631-16361-1
• 1991: Modernity and Ambivalence. Ithaca, N.Y.: Cornell University Press. ISBN 0-8014-2603-0
• 1992: Intimations of Postmodernity. London, New York: Routhledge. ISBN 0-415-06750-2
• 1992: Mortality, Immortality and Other Life Strategies. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-1016-1
• 1993: Postmodern Ethics. Cambridge, MA: Basil Blackwell. ISBN 0-631-18693-X
• 1994: Dwa szkice o moralności ponowoczesnej [Two sketches on postmodern morality]. Warszawa: IK.
• 1995: Life in Fragments. Essays in Postmodern Morality. Cambridge, MA: Basil Blackwell. ISBN 0-631-19267-0
• 1996: Alone Again - Ethics After Certainty. London: Demos. ISBN 1-898309-40-X
• 1997: Postmodernity and its discontents. New York: New York University Press. ISBN 0-7456-1791-3
• 1995: Ciało i przemoc w obliczu ponowoczesności [Body and Violence in the Face of Postmodernity]. Toruń: Wydawnictwo Naukowe Uniwersytetu Mikołaja Kopernika. ISBN 83-231-0654-1
• 1997: (with Roman Kubicki, Anna Zeidler-Janiszewska) Humanista w ponowoczesnym świecie - rozmowy o sztuce życia, nauce, życiu sztuki i innych sprawach [A Humanist in the Postmodern World - Conversations on the Art of Life, Science, the Life of Art and Other Matters]. Warszawa: Zysk i S-ka. ISBN 83-7150-313-X
• 1998: Work, consumerism and the new poor. Philadelphia: Open University Press. ISBN 0-335-20155-5
• 1998: Globalization: The Human Consequences. New York: Columbia University Press. ISBN 0-7456-2012-4
• 1999: In Search of Politics. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2172-4
• 2000: Liquid Modernity. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2409-X
• (2000 [ed. by Peter Beilharz]: The Bauman Reader. Oxford: Blackwell Publishers. ISBN 0-631-21492-5)
• 2001: Community. Seeking Safety in an Insecure World. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2634-3
• 2001: The Individualized Society. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2506-1
• 2001 (with Keith Tester): Conversations with Zygmunt Bauman. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2664-5
• 2001 (with Tim May): Thinking Sociologically, 2nd edition. Oxford: Blackwell Publishers. ISBN 0-631-21929-3
• 2002: Society Under Siege. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2984-9
• 2003: Liquid Love: On the Frailty of Human Bonds, Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-2489-8
• 2003: City of fears, city of hopes. London: Goldsmith's College. ISBN 1-904158-37-4
• 2004: Wasted Lives. Modernity and its Outcasts. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3164-9
• 2004: Europe: An Unfinished Adventure. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3403-6
• 2004: Identity: Conversations with Benedetto Vecchi. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3308-0
• 2005: Liquid Life. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3514-8
• 2006: Liquid Fear. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3680-2
• 2006: Liquid Times: Living in an Age of Uncertainty. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-3987-9
• 2006: Moralność w niestabilnym świecie [Morality in an instable world]. Poznań: Księgarnia św. Wojciecha. ISBN 83-7015-863-3
• 2007: Consuming Life. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-4002-8
• 2008: Does Ethics Have a Chance in a World of Consumers?. Cambridge, MA: Harvard University Press. ISBN 0-674-02780-9
• 2008: The Art of Life. Cambridge: Polity. ISBN 0-7456-4326-4
• 2009: Living on Borrowed Time: Conversations with Citlali Rovirosa-Madrazo. Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-4738-8
• 2009: (with Roman Kubicki, Anna Zeidler-Janiszewska) Życie w kontekstach. Rozmowy o tym, co za nami i o tym, co przed nami. [Life in contexts. Conversations about what lies behind us and what lies ahead of us.] Warszawa: WAiP. ISBN 978-83-61408-77-2
• 2010: "44 Letters from the Liquid Modern World". Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-5056-2
• 2011: Collateral Damage: Social Inequalities in a Global Age. Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-5294-8
• 2011: Culture in a Liquid Modern World. Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-5355-6
• 2012: This is Not a Diary. Cambridge: Polity. ISBN 978-0-7456-5570-3
Bibliografía de Zygmunt Bauman en castellano
Son numerosas las obras de Bauman que han sido traducidas al castellano en estos últimos años. Ello prueba la garra mediática de su pensamiento sobre la Modernidad Líquida. La más conocida es: Modernidad líquida. Editorial Fondo de Cultura Económica, México, DF, 2003.
• Pensando sociológicamente. Nueva Visión. Buenos Aires, 1994.
• Libertad. Madrid. Alianza. 1992. ISBN 978-84-206-0587-6
• Modernidad y ambivalencia. En Beriain, Josetxo (Comp.), Las consecuencias perversas de la modernidad. Barcelona. Anthropos. 1996.
• Legisladores e intérpretes: Sobre la modernidad, la postmodernidad y los intelectuales. Buenos Aires. Universidad Nacional de Quilmes. 1997.
• Modernidad y Holocausto. Madrid. Sequitur. 1998. ISBN 978-84-95363-24-. 4a. ed., 2008: ISBN 978-84-95363-43-5.
• Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Barcelona. Gedisa. 2000. ISBN 978-84-7432-750-2
• La postmodernidad y sus descontentos. Madrid. Akal. 2001. ISBN 978-84-460-1285-6
• La globalización: Consecuencias humanas. México. Fondo de Cultura Económica. 1999.
• Modernidad líquida. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 1999.
• En búsqueda de la política. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica. 2001.
• La sociedad individualizada. Madrid. Cátedra. 2001. ISBN 978-84-376-1936-1
• Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil. Madrid. Siglo XXI. 2006. ISBN 978-84-323-1272-4
• La sociedad sitiada. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica de Argentina. 2004.
• Ética posmoderna: Sociología y política. Madrid. Siglo XXI. 2004.
• Confianza y temor en la ciudad. Barcelona. Arcadia. 2006. ISBN 978-84-934096-3-0
• Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos[1]. México. Fondo de Cultura Económica. 2005. ISBN 978-84-375-0588-6.
• Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias. Barcelona. Paidós Ibérica. 2005. ISBN 978-84-493-1671-5
• Identidad. Madrid. Losada. 2005. ISBN 978-84-96375-20-8
• Vida líquida. Barcelona. Paidós Ibérica. 2006. ISBN 978-84-493-1936-5
• Europa: Una aventura inacabada. Losada. 2006. ISBN 84-96375-32-3
• Miedo líquido: La sociedad contemporánea y sus temores. Barcelona. Paidós Ibérica. 2007 ISBN 978-84-493-1984-6
• Vida de consumo. Fondo de Cultura Económica. Madrid, 2007. ISBN 978-950-557-725-5
• Tiempos líquidos. Barcelona. Tusquets. 2007. ISBN 978-84-8383-029-1
• Arte, ¿líquido? Madrid. Sequitur. 2007. ISBN 978-84-95363-36-7
• Archipiélago de excepciones. Buenos Aires y Madrid, Katz Barpal Editores. 2008. ISBN 978-84-96859-35-7
• Múltiples culturas, una sola humanidad. Buenos Aires/Madrid. Katz Barpal. 2008. ISBN 978-84-96859-50-0
• Los retos de la educación en la modernidad líquida. Barcelona. Gedisa. 2008. ISBN 978-84-9784-229-7
• El arte de la vida. De la vida como obra de arte. Paidós. 2009. ISBN 978-84-493-2201-3.
• El tiempo apremia (Living on Borrowd Time, 2009, Zygmunt Bauman & Citlali Rovirosa-Madrazo). Barcelona. Arcadia, 2010, ISBN 978-84-937025-8-8
• Mundo Consumo. Barcelona. Paidos. 2010. ISBN 978-84-493-2339-3
• Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global. Fondo de Cultura Económica, 2011, ISBN 9786071608154
Itinerario intelectual de Zygmunt Bauman
Su itinerario intelectual refleja las vicisitudes de sus avatares humanos. Profesor emérito por la Universidad de Leeds, ciudad inglesa en la que vive desde hace más de treinta años, Zygmunt Bauman contempla su vida con más pesimismo que nostalgia. Atrás quedó su Polonia natal, de donde huyó con su familia judía del terror nazi de 1939, rumbo a la Unión Soviética.
Tras su paso por el ejército polaco en el frente ruso, regresó a Polonia y fue profesor en la Universidad de Varsovia durante años, pero una feroz campaña antisemita le hizo exiliarse de nuevo en 1968. La Universidad de Tel Aviv fue su destino, tampoco definitivo, porque también ha impartido clases en Estados Unidos y Canadá.
Tres años más tarde se instaló en Gran Bretaña, donde sigue viviendo, rodeado de libros y recuerdos de una Europa que ya no existe y que sigue resultando, tras un siglo convulso, una “aventura inacabada” (Europa: Una aventura inacabada. Losada. 2006) De eso tratan sus últimos libros publicados en España.
El Holocausto
Su tesis central, en ese libro, era que el Holocausto básicamente no fue un lapso accidental dentro de la barbarie irracional precivilizada, sino una consecuencia lógica (aunque no inevitable) de la civilización moderna y su creencia en la ingeniería social a gran escala.
Las primeras obras de Bauman fueron proyectos basados en la modernidad dentro del diseño de una mejor sociedad. Hacia 1970 y comienzos de la década de 1980 su atención cambió a cuestiones más generales y teóricas en relación con el papel de las ciencias sociales y cómo éstas podrían ayudar a la sociedad.
El mayor cambio en la obra de Bauman se produjo a finales de la década de 1980 con la edición de una trilogía de libros (Legisladores e intérpretes, Modernidad y Holocausto y Modernidad y ambivalencia), en los que criticaba la modernidad y proponía una visión postmoderna distópica de la sociedad. Desde entonces, Bauman ha editado una línea invariable de libros adicionales explorando su nueva perspectiva.
Aunque a Bauman se le considera un pensador 'postmoderno', no le cabe el término de postmodernista ya que utiliza los conceptos de modernidad sólida y líquida para caracterizar lo que considera dos caras de la misma moneda.
Bauman causó cierta controversia dentro de la sociología con su aseveración de que el comportamiento humano no puede explicarse primariamente por la determinación social o discusión racional, sino más bien descansa en algún impulso innato, pre-social en los individuos.
Desde fines de la década de 1990, Bauman ejerció una considerable influencia sobre el movimiento altermundista. En su libro Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias, Bauman nos habla sobre la producción de 'residuos humanos' —más concretamente, de las poblaciones 'superfluas' de emigrantes, refugiados y demás parias— como una consecuencia inevitable de la modernización.
2. Zygmunt Bauman y la Modernidad Líquida
En su conocido ensayo Modernidad Líquida, Zygmunt Bauman explora cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles las características que han cambiado. El autor busca remarcar los trazos que eran levemente visibles en las etapas tempranas de la acumulación pero que se vuelven centrales en la fase tardía de la modernidad. Una de esas características es el individualismo que marca nuestras relaciones y las torna precarias, transitorias y volátiles.
La modernidad líquida es una figura del cambio y de la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen. Como la desregulación, la flexibilización o la liberalización de los mercados”3.
Bauman no ofrece teorías o sistemas definitivos, se limita a describir nuestras contradicciones, las tensiones no sólo sociales sino también existenciales que se generan cuando los humanos nos relacionamos. El profesor Adolfo Vásquez Rocca (Universidad Católica de Valparaíso) es uno de los grandes estudiosos de Bauman en lengua castellana. De sus trabajos hemos recogido muchas de estas ideas.
De la peligrosa extrañeza de “los otros” a la sociedad de la incertidumbre
Para Bauman, “el otro”, tipificado como extraño por desconocido es un portador innato de incertidumbre, de potencial peligro, siendo, tal vez, su mayor amenaza, el atentar contra la clasificación misma que sostiene el orden del espacio social en el que se inscribe mi mundo (Z. Bauman, Ética posmoderna, 2004, p. 171).
Justamente, los extraños irritan, desagradan, desconciertan porque tienden con su sola presencia a ensombrecer y eclipsar la nitidez de las líneas fronterizas clasificatorias que ordenan el mundo en el que vivo, y de éste modo, cuestionar de manera radical la presunta comprensión recíproca que el “yo” tiene con el “otro”.
El extraño, como cuestionador implacable del orden al que ingresa desde tierras ignotas, ha sido a menudo tipificado con el estigma de ser portador de suciedad, puesto que la suciedad es el caos contaminante que el orden existente pretende expulsar, o bien, portador de ambivalencia, puesto que ésta los hace irregulares e impredecibles en sus reacciones.
Es el caso de los marginados sociales que, como una categoría o tipificación de una clase de extraño contemporáneo, reciben sobre sí los rasgos sobresalientes de la ambivalencia y la suciedad: a ellos se les atribuye la falta de confiabilidad por lo errático de su rumbo, su laxa moralidad y promiscua sexualidad, su deshonestidad comercial, etc. “Dicho de otra manera, los marginados son el punto de reunión de riesgos y temores que acompañan el espacio cognitivo. Son el epítome del caos que el espacio social intenta empeñosamente (...) sustituir por el orden” (Z. Bauman, Modernidad Líquida, 2004).
Para Bauman –sugiendo a Vásquez Rocca), la modernidad líquida es un tiempo sin certezas. Sus sujetos, que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres. Hemos pasado a tener que diseñar nuestra vida como proyecto y performance. Más allá de ello, del proyecto, todo sólo es un espejismo. La cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro, deshace el sentido de la carrera profesional y de la experiencia acumulada.
Por su parte, la familia nuclear se ha transformado en una “relación pura” donde cada “socio” puede abandonar al otro a la primera dificultad. El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, siendo su mejor expresión el vínculo sin cara que ofrece la Web.
Las Instituciones no son ya anclas de las existencias personales. En decadencia el Estado de bienestar y sin relatos colectivos que otorguen sentido a la historia y a las vidas individuales, surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible.
Estados transitorios y líquidos de los vínculos humanos; “des-vinculación”
La incertidumbre en que vivimos se corresponde a transformaciones como el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo y la renuncia a la planificación de largo plazo: el olvido y el desarraigo afectivo se presentan como condición del éxito.
Esta nueva (in)sensibilidad exige a los individuos flexibilidad, fragmentación y compartimentación de intereses y afectos, se debe estar siempre bien dispuesto a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades. Bauman se refiere al miedo a establecer relaciones duraderas y a la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan. Bauman se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo, que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio –de ”liquidez” en el estricto sentido financiero.
Bauman se vale de conceptos tan provocadores como el de “desechos humanos” para referirse a los desempleados (parados), que hoy son considerados “gente superflua, excluida, fuera de juego”. Hace medio siglo los desempleados formaban parte de una reserva del trabajo activo que aguardaba en la retaguardia del mundo laboral una oportunidad. Ahora, en cambio, “se habla de excedentes, lo que significa que la gente es superflua, innecesaria, porque cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía”. Para la economía sería mejor si los desempleados desaparecieran.
Es el Estado del desperdicio, el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota. Es mejor desvincularse rápido, los sentimientos pueden crear dependencia. Hay que cultivar el arte de truncar las relaciones, de desconectarse, de anticipar la decrepitud, saber cancelar los contratos a tiempo.
Su itinerario intelectual refleja las vicisitudes de sus avatares humanos. Profesor emérito por la Universidad de Leeds, ciudad inglesa en la que vive desde hace más de treinta años, Zygmunt Bauman contempla su vida con más pesimismo que nostalgia. Atrás quedó su Polonia natal, de donde huyó con su familia judía del terror nazi de 1939, rumbo a la Unión Soviética.
Tras su paso por el ejército polaco en el frente ruso, regresó a Polonia y fue profesor en la Universidad de Varsovia durante años, pero una feroz campaña antisemita le hizo exiliarse de nuevo en 1968. La Universidad de Tel Aviv fue su destino, tampoco definitivo, porque también ha impartido clases en Estados Unidos y Canadá.
Tres años más tarde se instaló en Gran Bretaña, donde sigue viviendo, rodeado de libros y recuerdos de una Europa que ya no existe y que sigue resultando, tras un siglo convulso, una “aventura inacabada” (Europa: Una aventura inacabada. Losada. 2006) De eso tratan sus últimos libros publicados en España.
El Holocausto
Su tesis central, en ese libro, era que el Holocausto básicamente no fue un lapso accidental dentro de la barbarie irracional precivilizada, sino una consecuencia lógica (aunque no inevitable) de la civilización moderna y su creencia en la ingeniería social a gran escala.
Las primeras obras de Bauman fueron proyectos basados en la modernidad dentro del diseño de una mejor sociedad. Hacia 1970 y comienzos de la década de 1980 su atención cambió a cuestiones más generales y teóricas en relación con el papel de las ciencias sociales y cómo éstas podrían ayudar a la sociedad.
El mayor cambio en la obra de Bauman se produjo a finales de la década de 1980 con la edición de una trilogía de libros (Legisladores e intérpretes, Modernidad y Holocausto y Modernidad y ambivalencia), en los que criticaba la modernidad y proponía una visión postmoderna distópica de la sociedad. Desde entonces, Bauman ha editado una línea invariable de libros adicionales explorando su nueva perspectiva.
Aunque a Bauman se le considera un pensador 'postmoderno', no le cabe el término de postmodernista ya que utiliza los conceptos de modernidad sólida y líquida para caracterizar lo que considera dos caras de la misma moneda.
Bauman causó cierta controversia dentro de la sociología con su aseveración de que el comportamiento humano no puede explicarse primariamente por la determinación social o discusión racional, sino más bien descansa en algún impulso innato, pre-social en los individuos.
Desde fines de la década de 1990, Bauman ejerció una considerable influencia sobre el movimiento altermundista. En su libro Vidas desperdiciadas: La modernidad y sus parias, Bauman nos habla sobre la producción de 'residuos humanos' —más concretamente, de las poblaciones 'superfluas' de emigrantes, refugiados y demás parias— como una consecuencia inevitable de la modernización.
2. Zygmunt Bauman y la Modernidad Líquida
En su conocido ensayo Modernidad Líquida, Zygmunt Bauman explora cuáles son los atributos de la sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuáles las características que han cambiado. El autor busca remarcar los trazos que eran levemente visibles en las etapas tempranas de la acumulación pero que se vuelven centrales en la fase tardía de la modernidad. Una de esas características es el individualismo que marca nuestras relaciones y las torna precarias, transitorias y volátiles.
La modernidad líquida es una figura del cambio y de la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen. Como la desregulación, la flexibilización o la liberalización de los mercados”3.
Bauman no ofrece teorías o sistemas definitivos, se limita a describir nuestras contradicciones, las tensiones no sólo sociales sino también existenciales que se generan cuando los humanos nos relacionamos. El profesor Adolfo Vásquez Rocca (Universidad Católica de Valparaíso) es uno de los grandes estudiosos de Bauman en lengua castellana. De sus trabajos hemos recogido muchas de estas ideas.
De la peligrosa extrañeza de “los otros” a la sociedad de la incertidumbre
Para Bauman, “el otro”, tipificado como extraño por desconocido es un portador innato de incertidumbre, de potencial peligro, siendo, tal vez, su mayor amenaza, el atentar contra la clasificación misma que sostiene el orden del espacio social en el que se inscribe mi mundo (Z. Bauman, Ética posmoderna, 2004, p. 171).
Justamente, los extraños irritan, desagradan, desconciertan porque tienden con su sola presencia a ensombrecer y eclipsar la nitidez de las líneas fronterizas clasificatorias que ordenan el mundo en el que vivo, y de éste modo, cuestionar de manera radical la presunta comprensión recíproca que el “yo” tiene con el “otro”.
El extraño, como cuestionador implacable del orden al que ingresa desde tierras ignotas, ha sido a menudo tipificado con el estigma de ser portador de suciedad, puesto que la suciedad es el caos contaminante que el orden existente pretende expulsar, o bien, portador de ambivalencia, puesto que ésta los hace irregulares e impredecibles en sus reacciones.
Es el caso de los marginados sociales que, como una categoría o tipificación de una clase de extraño contemporáneo, reciben sobre sí los rasgos sobresalientes de la ambivalencia y la suciedad: a ellos se les atribuye la falta de confiabilidad por lo errático de su rumbo, su laxa moralidad y promiscua sexualidad, su deshonestidad comercial, etc. “Dicho de otra manera, los marginados son el punto de reunión de riesgos y temores que acompañan el espacio cognitivo. Son el epítome del caos que el espacio social intenta empeñosamente (...) sustituir por el orden” (Z. Bauman, Modernidad Líquida, 2004).
Para Bauman –sugiendo a Vásquez Rocca), la modernidad líquida es un tiempo sin certezas. Sus sujetos, que lucharon durante la Ilustración por poder obtener libertades civiles y deshacerse de la tradición, se encuentran ahora con la obligación de ser libres. Hemos pasado a tener que diseñar nuestra vida como proyecto y performance. Más allá de ello, del proyecto, todo sólo es un espejismo. La cultura laboral de la flexibilidad arruina la previsión de futuro, deshace el sentido de la carrera profesional y de la experiencia acumulada.
Por su parte, la familia nuclear se ha transformado en una “relación pura” donde cada “socio” puede abandonar al otro a la primera dificultad. El amor se hace flotante, sin responsabilidad hacia el otro, siendo su mejor expresión el vínculo sin cara que ofrece la Web.
Las Instituciones no son ya anclas de las existencias personales. En decadencia el Estado de bienestar y sin relatos colectivos que otorguen sentido a la historia y a las vidas individuales, surfeamos en las olas de una sociedad líquida siempre cambiante –incierta– y cada vez más imprevisible.
Estados transitorios y líquidos de los vínculos humanos; “des-vinculación”
La incertidumbre en que vivimos se corresponde a transformaciones como el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían al individuo y la renuncia a la planificación de largo plazo: el olvido y el desarraigo afectivo se presentan como condición del éxito.
Esta nueva (in)sensibilidad exige a los individuos flexibilidad, fragmentación y compartimentación de intereses y afectos, se debe estar siempre bien dispuesto a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades. Bauman se refiere al miedo a establecer relaciones duraderas y a la fragilidad de los lazos solidarios que parecen depender solamente de los beneficios que generan. Bauman se empeña en mostrar cómo la esfera comercial lo impregna todo, que las relaciones se miden en términos de costo y beneficio –de ”liquidez” en el estricto sentido financiero.
Bauman se vale de conceptos tan provocadores como el de “desechos humanos” para referirse a los desempleados (parados), que hoy son considerados “gente superflua, excluida, fuera de juego”. Hace medio siglo los desempleados formaban parte de una reserva del trabajo activo que aguardaba en la retaguardia del mundo laboral una oportunidad. Ahora, en cambio, “se habla de excedentes, lo que significa que la gente es superflua, innecesaria, porque cuantos menos trabajadores haya, mejor funciona la economía”. Para la economía sería mejor si los desempleados desaparecieran.
Es el Estado del desperdicio, el pacto con el diablo: la decadencia física, la muerte es una certidumbre que azota. Es mejor desvincularse rápido, los sentimientos pueden crear dependencia. Hay que cultivar el arte de truncar las relaciones, de desconectarse, de anticipar la decrepitud, saber cancelar los contratos a tiempo.
Decrepitud; cuerpos transitorios, frágiles y efímeros
El amor, y también el cuerpo decaen. El cuerpo no es una entelequia metafísica de nietzscheanos y fenomenólogos. No es la carne de los penitentes ni el objeto de la hipocondría dietética. Es el jazz, el rock, el sudor de las masas. Contra las artes del cuerpo, los custodios de la vida sana hacen del objeto la prueba del delito.
La “mercancía”, el objeto malo de Mélanie Klein aplicado a la economía política, es la extensión del cuerpo excesivo. Los placeres objetables se interpretan como muestra de primitivismo y vulgaridad masificada.
¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman la identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Es ondulante, espumosa, resbaladiza, acuosa, tanto como su monótona metáfora preferida: la liquidez. ¿No sería mejor hablar de una metáfora de lo gaseoso?
Porque lo líquido puede ser más o menos denso, más o menos pesado, pero desde luego no es evanescente. Sería preferible pensar que somos más bien densos – como la imagen de la Espuma que propone Sloterdijk para cerrar su trilogía Esferas, allí con la implosión de las esferas– se intenta dar cuenta del carácter multifocal de la vida moderna, de los movimientos de expansión de los sujetos que se trasladan y aglomeran hasta formar espumas donde se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro y en constante movilidad expansiva o decreciente.
La imagen de la espuma es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el pluralismo de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de micro-relatos que interactúan de modo agitado, así como para formular una interpretación antropológico-filosófica del individualismo moderno. Con ello “espumas” responde a la pregunta de cuál es la naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición sociológica llama “sociedad”, el espacio interrelacional del mundo contemporáneo.
Nuestras comunidades son artificiales, líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos. No es posible evitar los flujos, no se pueden cerrar las fronteras a los inmigrantes, al comercio, a la información, al capital. Hace un año miles de personas en Inglaterra se encontraron repentinamente desempleadas, ya que el servicio de información telefónico había sido trasladado a la India, en donde hablan inglés y cobran una quinta parte del salario.
Las sociedades posmodernas son frías y pragmáticas. Si bien hay expresiones ocasionales de solidaridad estas obedecen a lo que Richard Rorty llamó una “esperanza egoísta común”. Piénsese, por ejemplo, en lo que ha sucedido en España después del terrible atentado en Madrid. La nación solidarizó con las víctimas.
Fue una reacción mucho más “sensible” que la de los americanos después del 11-S. Ellos expresaron miedo y reaccionaron de manera individualizada, cada cual portaba la foto de su familiar o amigo fallecido. Aquí, en cambio, todos sintieron que una bomba contra cualquiera era una bomba contra ellos mismos, una bomba contra cualquiera de "nosotros". Ese "nosotros" ampliado que se transforma en una empatía egoísta es la base de la "esperanza egoísta común", una peculiar clase de ética de mínimos.
En cambio, cuando el otro es un "radical otro", es decir, no es uno como nosotros, o, si se quiere, no es uno de nosotros, entonces no surge la identificación con la cual se gesta un lazo espontáneamente simpatético, más bien se trata de alguien con quien no nos identificamos proyectivamente.
Tal es el caso -por ejemplo- de las reacciones en Europa Occidental frente a la llegada de un importante contingente de personas procedentes de África; esta migración provocó reacciones de miedo, brotes de xenofobia, pero no parece haber generado cuestionamientos serios sobre el hecho -incontrovertible- de que el continente africano ha quedado marginado de la globalización, y de que su población llega al Norte [a Europa] buscando aquello de lo que el Norte ya goza, como derechos adquiridos, prerrogativas sobre las cuales ya ni siquiera se repara.
Desterritorialización; adicción a la seguridad y miedo al miedo
La pertenencia a “ningún sitio”, la ausencia de raíces, de anclajes, de territorio sume a nuestra cultura en el desasosiego y el miedo. Todos nos aferramos a seguridades, a plataformas, a espacios que no se mueven, a salvavidas virtuales de la angustia.
Lo “líquido” de la modernidad – volviendo a la concepción de Baumam - se refiere a la conclusión de una etapa de “incrustación” de los individuos en estructuras “sólidas”, como el régimen de producción industrial o las instituciones democráticas, que tenían una fuerte raigambre territorial. Ahora, “el secreto del éxito reside (…) en evitar convertir en habitual todo asiento particular”. La apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un lastre, debido a sus efectos adversos sobre los dominadores: su inmovilización, al ligarlos a las inacabables y engorrosas responsabilidades que inevitablemente entraña la administración de un territorio.
Nuestras ciudades, afirma Bauman, son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos para protegerse de los peligros que venían del exterior. Lo que Sloterdijk llamó “la ciudad amurallada” hoy ya no es un refugio, sino la fuente esencial de los peligros.
Nos hemos convertidos en ciudadanos “adictos a la seguridad pero siempre inseguros de ella” (Sloterdijk), lo aceptamos como si fuera lógico, o al menos inevitable, hasta tal punto que, en opinión de Zygmunt Bauman, contribuimos a “normalizar el estado de emergencia”.
El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar concreto.
"Miedo" es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla (Z. Bauman, Miedo Líquido, 2007).
Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, el otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…
Los miedos nos golpean uno a uno en una sucesión constante aunque azarosa, ellos desafían nuestros esfuerzos (si es que en realidad hacemos esos esfuerzos) de engarzarlos y seguirles la pista hasta encontrar sus raíces comunes, que es en realidad la única manera de combatirlos cuando se vuelven irracionales. El miedo ha hecho que el humor del planeta haya cambiado de manera casi subterránea.
El miedo en un mundo globalizado y policéntrico donde no estamos seguros
El dominio económico y militar europeo no tuvo rival los cinco últimos siglos, de manera que Europa actuaba como punto de referencia y se permitía premiar o condenar las demás formas de vida humana pasadas y presentes, como una suerte de corte suprema.
Bastaba con ser europeo para sentirse dueño del mundo, pero eso ya no ocurrirá más: pueblos que hace sólo medio siglo se postraban ante Europa muestran una nueva sensación de seguridad y autoestima, así como un crecimiento vertiginoso de la conciencia de su propio valor y una creciente ambición para obtener y conservar un puesto destacado en este nuevo mundo multicultural, globalizado y policéntrico.
Sociólogos especializados en movimientos migratorios y demógrafos prevén que el número de musulmanes que vive en Europa puede duplicarse nuevamente para el año 2015. La Oficina de Análisis Europeos del Departamento de Estado de Estados Unidos calcula que el 20% de Europa será musulmana en el año 2050 10, mientras otros predicen que un cuarto de la población de Francia podría ser musulmana en el año 2025 y que si la tendencia continúa, los musulmanes superarán en número a los no musulmanes en toda Europa occidental a mediados de este siglo, puestas así las cosas, Europa será islámica a finales de este siglo.
A este respecto y volviendo sobre los miedos globales, pensemos en la inestabilidad generada por los atentados de Nueva York, allí sin duda tuvo lugar una mutación del terrorismo, el 11 de septiembre de 2001 marca un cambio de época en la historia del miedo; así el régimen del sabotaje y la lógica del pánico vino a ser el argumento central de la política y la base de justificación de una política exterior norteamericana que sembraría otros miedos que nos marcarían a fuego, como los atentados de Atocha -–el 11-M.
El régimen del sabotaje y la lógica del pánico como argumento central de la política en Sloterdijk
Para completar este cuadro que dibuja Bauman, es conveniente acudir a la paleta de colores de Peter Sloterdijk. Como crónica de las relaciones entre teoría y política de Estado, cabe apuntar que cuando Sloterdijk fue convocado por el canciller Schröder para debatir sobre las consecuencias del nuevo escenario mundial en la era del atmo-terrorismo y las guerras de rehenes –Sloterdijk se refirió al binomio miedo y seguridad, en relación con la política exterior estadounidense, que suele presentar Washington bajo la rúbrica “intereses de seguridad”.
Destacó el filósofo cómo “vivimos en una sociedad obsesionada por la seguridad”, por las pólizas de seguros y las políticas de climatización corriendo el riesgo de perder nuestra libertad. Se refirió también al miedo como un elemento clave para el desarrollo del intelecto. “El miedo -señalo Sloterdijk12– está al comienzo del intelecto, el miedo de alguna manera hizo al hombre”.
La amenaza fundamentalista, que parecía una amenaza periférica, se ha desplazado hacia el centro, rumbo a una hegemonía que a los ojos de muchos resulta pavorosa. Hoy un grupo, monitoreando artefactos desde las montañas más remotas y más miserables del mundo, es capaz de hacer estallar el icono más importante del poderío económico global, como son las Torres Gemelas.
Frente a esto las reacciones neoliberales contra el terror son siempre inadecuadas, puesto que magnifican el fantasma insustancial de Al Qaeda, ese conglomerado de odio, desempleo y citas del Corán, hasta convertirlo en un totalitarismo con rasgos propios, y algunos, incluso, creen ver en él un “fascismo islámico” que, no se sabe con qué medios imaginarios, amenaza a la totalidad del mundo libre.
La reflexión de Adolfo Vásquez Rocca finaliza con esta consideración: “Dejaremos abierta la pregunta por los motivos que han conducido a aquella infravaloración y a esta magnificación. Sólo esto es seguro: los realistas se hallan de nuevo en su elemento; por fin pueden ponerse, una vez más, al frente de los irresolutos, con los ojos clavados en el fantasma del enemigo fuerte, medida antigua y nueva de lo real. Con el pretexto de la seguridad, los voceros de la nueva militancia dan rienda suelta a tendencias autoritarias cuyo origen hay que buscar en otro sitio; la angustia colectiva, cuidadosamente mantenida, hace que la gran mayoría de los mimados consumidores de seguridad de Occidente se sume a la comedia de lo inevitable”.
3. Modernidad líquida y religión
¿Qué perspectivas ofrecen las religiones en esta sociedad marcada por la modernidad líquida. No son numerosos los ensayos que se han publicado sobre esta relación. En todo caso, hay referencias a Bauman en trabajos sobre violencia y religión a propósito de las reflexiones de Bauman sobre el Terrorismo en una sociedad de modernidad líquida. Siguiendo a Kolakowski, Bauman identifica la religión con los deseos de llenar los espacios de insatisfacción humana. La vulnerabilidad hace a los humanos necesitados de experiencias de seguridad extranaturales. Por ello, considera que para mucha gente la necesidad de una experiencia religiosa pude ser my confortante.
Tal vez el más clarificador sea el Three Types of Liquid Religion (C. N. de Groot) [en Implicit Religion, 2008, vol. 11, pp. 277-296]. En este artículo, el autor, profesor de Teología católica en Holanda, explora diversos caminos para comprender la religión dentro del conjunto de la modernidad líquida.
El propio concepto de modernidad líquida abre a perspectivas de formas sociales de religión “nuevas” y “antiguas” que parecen florecen el un medio líquido. Por ello, pretende diseñar modelos de expresión en religiones sólidas y líquidas.
Sistematiza su pensamiento en tres tipos de religiones líquidas: el primer tipo se refiere al fenómeno líquido en la esfera religiosa: fenómenos religiosos, pequeñas comunidades, redes de religiones globales y comunidades virtuales. El segundo tipo, se refiera a los límites entre las religiones y la esfera secular, tal como se muestra en los servicios religiosos en un hospital o en una prisión. El tercer tipo de religión líquida consiste en el encuentro y actividades comunes fuera de las esferas religiosas, tal como se muestra en las esferas políticas y culturales en las que hay importantes dimensiones religiosas. Son tres caminos a lo largo de los cuales muchas personas pueden encontrar sentido a su propia vida en una sociedad líquida en donde las certezas y las seguridades parecen desvanecerse.
De todas formas, desde hace años los filósofos de la religión reflexionan sobre la función social de la religión en una sociedad secularizada. La pregunta por Dios y sobre todo, sobre el papel de Dios en un mundo laico, continúa siendo una cuestión abierta.
El amor, y también el cuerpo decaen. El cuerpo no es una entelequia metafísica de nietzscheanos y fenomenólogos. No es la carne de los penitentes ni el objeto de la hipocondría dietética. Es el jazz, el rock, el sudor de las masas. Contra las artes del cuerpo, los custodios de la vida sana hacen del objeto la prueba del delito.
La “mercancía”, el objeto malo de Mélanie Klein aplicado a la economía política, es la extensión del cuerpo excesivo. Los placeres objetables se interpretan como muestra de primitivismo y vulgaridad masificada.
¿Quién soy? Esta pregunta sólo puede responderse hoy de un modo delirante, pero no por el extravío de la gente, sino por la divagación infantil de los grandes intelectuales. Para Bauman la identidad en esta sociedad de consumo se recicla. Es ondulante, espumosa, resbaladiza, acuosa, tanto como su monótona metáfora preferida: la liquidez. ¿No sería mejor hablar de una metáfora de lo gaseoso?
Porque lo líquido puede ser más o menos denso, más o menos pesado, pero desde luego no es evanescente. Sería preferible pensar que somos más bien densos – como la imagen de la Espuma que propone Sloterdijk para cerrar su trilogía Esferas, allí con la implosión de las esferas– se intenta dar cuenta del carácter multifocal de la vida moderna, de los movimientos de expansión de los sujetos que se trasladan y aglomeran hasta formar espumas donde se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro y en constante movilidad expansiva o decreciente.
La imagen de la espuma es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el pluralismo de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de micro-relatos que interactúan de modo agitado, así como para formular una interpretación antropológico-filosófica del individualismo moderno. Con ello “espumas” responde a la pregunta de cuál es la naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición sociológica llama “sociedad”, el espacio interrelacional del mundo contemporáneo.
Nuestras comunidades son artificiales, líquidas, frágiles; tan pronto como desaparezca el entusiasmo de sus miembros por mantener la comunidad ésta desaparece con ellos. No es posible evitar los flujos, no se pueden cerrar las fronteras a los inmigrantes, al comercio, a la información, al capital. Hace un año miles de personas en Inglaterra se encontraron repentinamente desempleadas, ya que el servicio de información telefónico había sido trasladado a la India, en donde hablan inglés y cobran una quinta parte del salario.
Las sociedades posmodernas son frías y pragmáticas. Si bien hay expresiones ocasionales de solidaridad estas obedecen a lo que Richard Rorty llamó una “esperanza egoísta común”. Piénsese, por ejemplo, en lo que ha sucedido en España después del terrible atentado en Madrid. La nación solidarizó con las víctimas.
Fue una reacción mucho más “sensible” que la de los americanos después del 11-S. Ellos expresaron miedo y reaccionaron de manera individualizada, cada cual portaba la foto de su familiar o amigo fallecido. Aquí, en cambio, todos sintieron que una bomba contra cualquiera era una bomba contra ellos mismos, una bomba contra cualquiera de "nosotros". Ese "nosotros" ampliado que se transforma en una empatía egoísta es la base de la "esperanza egoísta común", una peculiar clase de ética de mínimos.
En cambio, cuando el otro es un "radical otro", es decir, no es uno como nosotros, o, si se quiere, no es uno de nosotros, entonces no surge la identificación con la cual se gesta un lazo espontáneamente simpatético, más bien se trata de alguien con quien no nos identificamos proyectivamente.
Tal es el caso -por ejemplo- de las reacciones en Europa Occidental frente a la llegada de un importante contingente de personas procedentes de África; esta migración provocó reacciones de miedo, brotes de xenofobia, pero no parece haber generado cuestionamientos serios sobre el hecho -incontrovertible- de que el continente africano ha quedado marginado de la globalización, y de que su población llega al Norte [a Europa] buscando aquello de lo que el Norte ya goza, como derechos adquiridos, prerrogativas sobre las cuales ya ni siquiera se repara.
Desterritorialización; adicción a la seguridad y miedo al miedo
La pertenencia a “ningún sitio”, la ausencia de raíces, de anclajes, de territorio sume a nuestra cultura en el desasosiego y el miedo. Todos nos aferramos a seguridades, a plataformas, a espacios que no se mueven, a salvavidas virtuales de la angustia.
Lo “líquido” de la modernidad – volviendo a la concepción de Baumam - se refiere a la conclusión de una etapa de “incrustación” de los individuos en estructuras “sólidas”, como el régimen de producción industrial o las instituciones democráticas, que tenían una fuerte raigambre territorial. Ahora, “el secreto del éxito reside (…) en evitar convertir en habitual todo asiento particular”. La apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un lastre, debido a sus efectos adversos sobre los dominadores: su inmovilización, al ligarlos a las inacabables y engorrosas responsabilidades que inevitablemente entraña la administración de un territorio.
Nuestras ciudades, afirma Bauman, son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos para protegerse de los peligros que venían del exterior. Lo que Sloterdijk llamó “la ciudad amurallada” hoy ya no es un refugio, sino la fuente esencial de los peligros.
Nos hemos convertidos en ciudadanos “adictos a la seguridad pero siempre inseguros de ella” (Sloterdijk), lo aceptamos como si fuera lógico, o al menos inevitable, hasta tal punto que, en opinión de Zygmunt Bauman, contribuimos a “normalizar el estado de emergencia”.
El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar concreto.
"Miedo" es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla (Z. Bauman, Miedo Líquido, 2007).
Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, el otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…
Los miedos nos golpean uno a uno en una sucesión constante aunque azarosa, ellos desafían nuestros esfuerzos (si es que en realidad hacemos esos esfuerzos) de engarzarlos y seguirles la pista hasta encontrar sus raíces comunes, que es en realidad la única manera de combatirlos cuando se vuelven irracionales. El miedo ha hecho que el humor del planeta haya cambiado de manera casi subterránea.
El miedo en un mundo globalizado y policéntrico donde no estamos seguros
El dominio económico y militar europeo no tuvo rival los cinco últimos siglos, de manera que Europa actuaba como punto de referencia y se permitía premiar o condenar las demás formas de vida humana pasadas y presentes, como una suerte de corte suprema.
Bastaba con ser europeo para sentirse dueño del mundo, pero eso ya no ocurrirá más: pueblos que hace sólo medio siglo se postraban ante Europa muestran una nueva sensación de seguridad y autoestima, así como un crecimiento vertiginoso de la conciencia de su propio valor y una creciente ambición para obtener y conservar un puesto destacado en este nuevo mundo multicultural, globalizado y policéntrico.
Sociólogos especializados en movimientos migratorios y demógrafos prevén que el número de musulmanes que vive en Europa puede duplicarse nuevamente para el año 2015. La Oficina de Análisis Europeos del Departamento de Estado de Estados Unidos calcula que el 20% de Europa será musulmana en el año 2050 10, mientras otros predicen que un cuarto de la población de Francia podría ser musulmana en el año 2025 y que si la tendencia continúa, los musulmanes superarán en número a los no musulmanes en toda Europa occidental a mediados de este siglo, puestas así las cosas, Europa será islámica a finales de este siglo.
A este respecto y volviendo sobre los miedos globales, pensemos en la inestabilidad generada por los atentados de Nueva York, allí sin duda tuvo lugar una mutación del terrorismo, el 11 de septiembre de 2001 marca un cambio de época en la historia del miedo; así el régimen del sabotaje y la lógica del pánico vino a ser el argumento central de la política y la base de justificación de una política exterior norteamericana que sembraría otros miedos que nos marcarían a fuego, como los atentados de Atocha -–el 11-M.
El régimen del sabotaje y la lógica del pánico como argumento central de la política en Sloterdijk
Para completar este cuadro que dibuja Bauman, es conveniente acudir a la paleta de colores de Peter Sloterdijk. Como crónica de las relaciones entre teoría y política de Estado, cabe apuntar que cuando Sloterdijk fue convocado por el canciller Schröder para debatir sobre las consecuencias del nuevo escenario mundial en la era del atmo-terrorismo y las guerras de rehenes –Sloterdijk se refirió al binomio miedo y seguridad, en relación con la política exterior estadounidense, que suele presentar Washington bajo la rúbrica “intereses de seguridad”.
Destacó el filósofo cómo “vivimos en una sociedad obsesionada por la seguridad”, por las pólizas de seguros y las políticas de climatización corriendo el riesgo de perder nuestra libertad. Se refirió también al miedo como un elemento clave para el desarrollo del intelecto. “El miedo -señalo Sloterdijk12– está al comienzo del intelecto, el miedo de alguna manera hizo al hombre”.
La amenaza fundamentalista, que parecía una amenaza periférica, se ha desplazado hacia el centro, rumbo a una hegemonía que a los ojos de muchos resulta pavorosa. Hoy un grupo, monitoreando artefactos desde las montañas más remotas y más miserables del mundo, es capaz de hacer estallar el icono más importante del poderío económico global, como son las Torres Gemelas.
Frente a esto las reacciones neoliberales contra el terror son siempre inadecuadas, puesto que magnifican el fantasma insustancial de Al Qaeda, ese conglomerado de odio, desempleo y citas del Corán, hasta convertirlo en un totalitarismo con rasgos propios, y algunos, incluso, creen ver en él un “fascismo islámico” que, no se sabe con qué medios imaginarios, amenaza a la totalidad del mundo libre.
La reflexión de Adolfo Vásquez Rocca finaliza con esta consideración: “Dejaremos abierta la pregunta por los motivos que han conducido a aquella infravaloración y a esta magnificación. Sólo esto es seguro: los realistas se hallan de nuevo en su elemento; por fin pueden ponerse, una vez más, al frente de los irresolutos, con los ojos clavados en el fantasma del enemigo fuerte, medida antigua y nueva de lo real. Con el pretexto de la seguridad, los voceros de la nueva militancia dan rienda suelta a tendencias autoritarias cuyo origen hay que buscar en otro sitio; la angustia colectiva, cuidadosamente mantenida, hace que la gran mayoría de los mimados consumidores de seguridad de Occidente se sume a la comedia de lo inevitable”.
3. Modernidad líquida y religión
¿Qué perspectivas ofrecen las religiones en esta sociedad marcada por la modernidad líquida. No son numerosos los ensayos que se han publicado sobre esta relación. En todo caso, hay referencias a Bauman en trabajos sobre violencia y religión a propósito de las reflexiones de Bauman sobre el Terrorismo en una sociedad de modernidad líquida. Siguiendo a Kolakowski, Bauman identifica la religión con los deseos de llenar los espacios de insatisfacción humana. La vulnerabilidad hace a los humanos necesitados de experiencias de seguridad extranaturales. Por ello, considera que para mucha gente la necesidad de una experiencia religiosa pude ser my confortante.
Tal vez el más clarificador sea el Three Types of Liquid Religion (C. N. de Groot) [en Implicit Religion, 2008, vol. 11, pp. 277-296]. En este artículo, el autor, profesor de Teología católica en Holanda, explora diversos caminos para comprender la religión dentro del conjunto de la modernidad líquida.
El propio concepto de modernidad líquida abre a perspectivas de formas sociales de religión “nuevas” y “antiguas” que parecen florecen el un medio líquido. Por ello, pretende diseñar modelos de expresión en religiones sólidas y líquidas.
Sistematiza su pensamiento en tres tipos de religiones líquidas: el primer tipo se refiere al fenómeno líquido en la esfera religiosa: fenómenos religiosos, pequeñas comunidades, redes de religiones globales y comunidades virtuales. El segundo tipo, se refiera a los límites entre las religiones y la esfera secular, tal como se muestra en los servicios religiosos en un hospital o en una prisión. El tercer tipo de religión líquida consiste en el encuentro y actividades comunes fuera de las esferas religiosas, tal como se muestra en las esferas políticas y culturales en las que hay importantes dimensiones religiosas. Son tres caminos a lo largo de los cuales muchas personas pueden encontrar sentido a su propia vida en una sociedad líquida en donde las certezas y las seguridades parecen desvanecerse.
De todas formas, desde hace años los filósofos de la religión reflexionan sobre la función social de la religión en una sociedad secularizada. La pregunta por Dios y sobre todo, sobre el papel de Dios en un mundo laico, continúa siendo una cuestión abierta.
Por Leandro Sequeiros.
Foto: Zygmunt Bauman en Varsovia (2005). Fuente: Wikimedia Commons.
Leandro Sequeiros es Catedrático de Paleontología en la Universidad de Sevilla, Miembro de la Academia de Ciencias de Zaragoza y miembro de la Cátedra CTR.
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