Estaba previsto para castigar a la oposición, y al final el truco se giró en contra del chavismo. Debido al sistema mayoritario empleado para la elección del grueso de miembros de la Asamblea Nacional, la ventaja de 15,4 puntos logrado por la oposición en número de votos (7,7 millones de votos frente a 5,6 millones) se convirtió en una ventaja del 34 por ciento en el reparto de diputados (112 frente a 55).
A pesar de que la Constitución de 1999, impulsada por Hugo Chávez, garantizaba la representación proporcional en la Asambea Nacional, diez años después los chavistas establecieron el sistema mayoritario para la elección de más de dos tercios de sus miembros. Eso hizo que en las legislativas de 2010, con un casi empate en número de votos (el 48 por ciento fue para el oficialismo y el 47 por ciento para la oposición), el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) lograra el 59 por ciento de los puestos, mientras que la Mesa de la Unidad (MUD) se quedaba con el 39 por ciento.
Pero ese diseño electoral para castigar a los opositores se ha vuelto esta vez en contra del Gobierno. En las elecciones del domingo, el PSUV logró 40,8 por ciento de los votos, sin embargo le correspondió el 33 por ciento de los puestos; la MUD, con el 56,2 por ciento de votos, cosechó el 67 por ciento de los diputados.
La diferencia se debe a que del total de 167 asientos de la Asamblea Nacional, solo 51 se eligen de manera proporcional. El resto se escogen en distritos donde el partido ganador se lleva los escaños en juego, bien sea uno (en distritos uninominales) o bien sean dos o tres (en distritos plurinominales). Fue especialmente en estos últimos donde se abrió la brecha entre los dos grupos políticos: de 48 diputados, la MUD logró 42 y el PSUV solo 6.
Es probable que la diferencia incluso pudiera haber sido mayor si se restaran los votos logrados por el chavismo con sus prácticas ventajistas o mediante el voto de personas con identificación falsa, extremos ya constatados en otras elecciones, pero que son complicados de estimar.
Un estudio de Inter-American Trends (I-AT) también apunta al trasvase de parte del voto chavista como razón del incremento del apoyo recibido por la oposición. Si bien antes de las elecciones del pasado domingo la asunción era que el electorado oficialista, enormemente descontento por la situación económica y las enormes privaciones que está suponiendo para la población, expresaría su castigo no yendo a votar, lo que se constató el domingo es que en los núcleos urbanos ese voto de descontento sí cruzó las líneas ideológicas, aunque lo hizo en número moderado. El PSUV perdió en total casi dos millones de votos en relación a las presidenciales de abril de 2013, cuando arrancaba el liderazgo de Nicolás Maduro, mientras que la oposición ganó 345.000 votos respecto a esos mismos comicios. El trasvase ocurrió especialmente en Caracas, Valencia y Maracay.
«Es la primera vez que esa migración ocurre. Pero hay que tener en cuenta que de momento es algo puntual, que sucede por la crisis, y que esos electores pueden volver al chavismo», advierte Antonio de la Cruz, director ejecutivo de Inter-American Trends. En su opinión, «lo que ha pasado es que ha habido un cambio de paradigma. Hoy muchos chavistas ya no tienen conexión emocional con sus líderes, como sí ocurría con Hugo Chávez, y su conexión es con la situación que viven día a día».
diciembre 12, 2015 7:44 am .
LUIS ROBAYO/ABC de España
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