martes, 25 de octubre de 2016

Enseñar la Historia


REINALDO ROJAS
25 de octubre de 2016

La enseñanza de la Historia, en todo Estado moderno, se ha transformado en un problema de alta política. Se trata de cultivar en las nuevas generaciones una idea del pasado que en el caso de los nacionalismos del siglo XIX y XX tiene que ver con el origen y evolución del Estado-nacional. Por eso, hay tantos pasados como discursos de la nación. La única vía de superar esta controversia que en muchos casos toma el camino de la ideología, es hacer coincidir la enseñanza de la historia con los avances de la Ciencia de la Historia, transformando su enseñanza en un ejercicio de comprensión critica del quehacer del Hombre – antropológicamente hablando– y de la Sociedad en el tiempo.

 

Cultivar
Si en la Historia Patria, lo fundamental es sembrar en el alma del educando el amor por la Nación, en la Historia científica se trata de cultivar en el estudiante el amor por la verdad, que es siempre relativa. Una trabaja con las emociones, la otra con la razón.  Historia documental y crítica denominaron en su tiempo los positivistas, a esta historia cultivada con espíritu científico la cual se caracteriza por el uso de métodos de investigación, la consulta documental y la aplicación de herramientas conceptuales para poder avanzar en el análisis e interpretación de los hechos históricos. Por eso, su campo va más allá de la actuación política de un individuo esclarecido para avanzar en todos los territorios de la vida social, desde el Estado y sus instituciones hasta la vida cotidiana, pasando por la economía, la cultura hasta llegar al ambiente. Hacemos esta breve reflexión a propósito de la puesta en práctica de un nuevo Diseño Curricular para la Educación Secundaria.

¿Qué nos propone este nuevo Currículo?
Primero, se declara promotor de una educación transdisciplinaria que empieza, no por afirmar el estudio de las disciplinas para luego pasar a la interdisciplina, sino en negar su estudio sistemático. Ubicado en los escenarios del postmodernismo, este nuevo diseño se propone superar la denominada “asignaturización (sic), la cual viene cargada de fraccionamiento y atomización del conocimiento”, promoviendo el enfoque interdisciplinario que “reconoce los límites de las distintas disciplinas en sus campos de acción de los saberes”. Esto suena muy bien. Ahora bien, ¿cómo se logra esta meta? 

Se diluye
Trasladando de la Educación Primaria a la Educación Secundaria el concepto de área pedagógica que es un conglomerado de contenidos a enseñar por un maestro integrador, donde lo que domina son las estrategias pedagógicas por sobre los contenidos científicos. Con ello, se diluye el estudio de los métodos y de las especificidades de las Ciencias, sean éstas naturales o sociales, empíricas o abstractas, modernas o postmodernas, lo cual es grave, ya que la Educación Secundaria no solo culmina con un título que certifica la aprobación de una educación básica sino que sus dos últimos años tienen carácter preuniversitario. Ahora bien, en este escenario de enseñanza transdisciplinaria hay que preguntarse, primero, ¿dónde  están los docentes preparados para administrar este nuevo Currículo? Y, en nuestro caso, ¿dónde está la historia?

Desaparecen
Según el documento oficial del Ministerio, asignaturas como Historia y Geografía de Venezuela, Historia Universal, Educación Artística y Formación familiar y ciudadana, que formaban el pensum sólo del primer año, desaparecen para dar lugar a un Área de Formación denominada Memoria, Territorio y Ciudadanía. En este sentido, el bachiller que antes salía mal preparado en historia, ahora simplemente no sabrá qué es la historia. ¿Resuelto el problema? ¿Una exageración? Docentes, padres y ciudadanos, además de autoridades educativas responsables, deben revisar esta situación con detenimiento, más allá de la coyuntura política. En esta nueva concepción curricular ni se enseña ni se aprende qué es la historia, sus métodos y sus resultados. Tampoco hay secuencia histórica que es lo que crea noción de temporalidad en el ser humano. No hay pasado. Solo Memoria, Territorio y Ciudadanía. Y ¿qué es la memoria?, ¿en qué se diferencia de la historia?

Pasando al proceso enseñanza-aprendizaje el nuevo diseño pretende superar el parcelamiento del conocimiento a partir de la ejecución y desarrollo, a lo largo de los cinco años del bachillerato, de los siguientes “problemas generadores de aprendizaje”: 1) Francisco de Miranda y su época; 2) Independencia: movimientos emancipadores de nuestra América; 3) Bolívar: el hombre de las dificultades y 4) Ideas políticas y sociales de Simón Bolívar. Con ello, estaríamos pasando de la historia cronológica al presentismo de la postmodernidad. ¿Estarán conscientes las autoridades educativas actuales de este cambio curricular y de sus consecuencias?



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