En la creaciones culturales del siglo XXI, América Latina es aún presentada como una región sufrida, siempre a merced de los poderes en juego. ¿Continuará en el camino de la eterna víctima?
Leí con gran interés el artículo “Las nuevas coordenadas culturales de Latinoamérica”, de David Marcial Pérez, un panorama de las que, según el autor, son las grandes líneas maestras de la cultura actual del continente. Estas no responden a criterios nacionales o a aspiraciones latinoamericanistas, como en el siglo XIX y XX, sino a la llegada al centro de la escena de quienes habían estado en los márgenes por condiciones de género, orientación sexual y raza, o por cultivar formas artísticas y literarias contracanónicas, al estilo de la ciencia ficción en la literatura o los ritmos tradicionales en la música.