Los comienzos: un inmenso territorio cambia de bandera
A mediados del siglo XIX, el territorio de los Estados Unidos crece enormemente a costa de México. Y así se inicia la historia de los mexicano-americanos como parte intrínseca de la propia historia de Estados Unidos.
Los tres hechos fundamentales de este periodo fueron:
· La declaración de independencia de Texas y su posterior anexión a los Estados Unidos (1845).
· La guerra Mexicano-Americana, de 1846-1848, que finalizó con el Tratado de Guadalupe Hidalgo.
· La compra Gadsten de territorios en Nuevo México y Arizona realizada por Estados Unidos en 1853 para poder completar una ruta de ferrocarril.
Como resultado de esos hechos históricos, pasaron formar parte de USA los territorios de Arizona, California, Nevada, Nuevo México, Texas, Utah y parte de lo que hoy son los estados de Colorado y Wyoming.
A la población de origen mexicano se le dio la opción de mudarse a México o permanecer donde estaban, conviertiéndose así en ciudadanos de los Estados Unidos. La inmensa mayoría optó por quedarse.
De esa manera surgieron los primeros mexicano-americanos. Se estima su número en unos 50,000, de los cuales aproximadamente 10,000 estaban radicados en California y unos 20,000 en Texas.
Este cambio fue muy problemático, entre otras cosas porque lo que decía la ley respecto a protección de la propiedad no se cumplió.
En los años siguientes miles de mexicanos-americanos perdieron los títulos de propiedad sobre sus tierras generando conflictos armados desde California a Texas, pasando por Nuevo México.
Como consecuencia de estos hechos y de la migración masiva de pobladores anglosajones hacia los nuevos territorios los mexicano-americanos se convierten en minoría y pierden influencia económica y política. Sólo en Nuevo México -territorio de Estados Unidos y no un estado- conservan los mexicano-americanos su poder hasta finales del siglo XIX.
7 décadas de durísima discriminación y violencia: 1860-1930
Texas Rangers, en primer plano, reciben a Fiscales Mexicanos, que cruzan el río. Río Grande, 5 de febrero de 1920. Photo Credit: Getty Images.
La segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX se caracterizaron para los mexicano-americanos por ser víctimas de una virulenta discriminación.
Muchos de ellos sufren prácticas muy parecidas a las conocidas como Jim Crow, que padecen los africano-americanos.
Por ejemplo, en algunas zonas se les prohíbe testificar en corte. En otras, como en Texas, muchos ocupan la posición de peón o la de vaqueros, que no equivale a la esclavitud pero tampoco a la de una persona totalmente libre, y estaban sujetos a la justicia de su patrón.
Esta es una época de gran violencia en contra de los mexicano-americanos, que se convierten en el segundo grupo con mayor número de linchamientos, sólo por detrás de los africano-americanos.
La mayoría de las víctimas ni siquiera tuvieron un juicio donde se les juzgase por el crimen que supuestamente habían cometido. Y, cuando lo tuvieron, era en muchas ocasiones una mera farsa sin garantías legales para el acusado.
La situación es menos crítica en Nuevo México, donde sí hay discriminación pero no es tan acusada debido al poder de la población hispana, que en número de votos podía ganar a la anglosajona. Por esta razón se aprecia una colaboración entre los dos grupos mayor aquí que en otras partes de Estados Unidos.
Durante estos tiempos tan difíciles, los mexicanos-americanos se integran en la sociedad anglosajona pero, al mismo tiempo, conservan muchas costumbres y el idioma español.
Reacción antes la situación de discriminación
Surgen métodos de defensa como los bandidos y los primeros héroes que se mueven entre la ficción y la realidad como, por ejemplo, Joaquín Murrieta.
Incluso, movimientos violentos como el texano Plan de San Diego (1915) que llevó al asesinato de una docena de anglosajones, hasta que con gran violencia los Texas Rangers pusieron fin a ese movimiento.
Y también surgen movimientos de defensa de los derechos civiles no violentos como la Liga de Ciudadanos Lationoamericanos Unidos (LULAC, por sus siglas en inglés), que buscan la defensa de la cultura hispana pero dentro de la lealtad hacia Estados Unidos.
En ese contexto, buscan limitar la inmigración mexicana hacia Estados Unidos, ya que consideran a los recién llegados como la causa de que caigan los salarios. Asimismo, favorecen el aprendizaje del inglés y la defensa en Corte en casos de discriminación (que era realmente horrible en las escuelas).
En general puede decirse que en estas décadas la mayoría de los mexicano-americanos favorecen la integración -pero con niveles muy bajos de voto. Al mismo tiempo conservan y defienden aspectos culturales propios como el idioma, las fiestas y la religión, ya que la gran mayoría sigue siendo católica.
Primeras oleadas masivas de inmigrantes mexicanos hacia USA
Miles de mexicanos se refugiaron en USA durante la Revolución. Photo Credit: Foto Interim Archives. Getty Images.
La emigración de México hacia los Estados Unidos es ya notable a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Uno de los grandes lugares de destino es California, que vive su fiebre del oro a partir de 1848. Muchos de los migrantes son mineros experimentados que sufrieron gran violencia a manos de los anglosajones: les expulsan de los campamentos y se contabilizan más de 150 linchamientos en apenas 12 años.
Además, muchos otros mexicanos emigran a otras partes de Estados Unidos como por ejemplo Texas, Chicago, Kansas City, Salt Lake City, Oklahoma y otras partes de California más allá de los campos mineros.
Estos emigrantes se especializan, sobre todo, en trabajos en el ferrocarril, en la minería y, por supuesto, en la agricultura, tanto en huertos californianos y del Pacífico en los estados de Oregón y Washington como en los campos de algodón en Oklahoma y Texas.
Precisamente en Texas y relacionado con el trabajo algodonero ve un importante incremento de migrantes mexicanos a partir de 1900. Se establecen principalmente en el valle de Río Grande y en el área entre Corpus Cristi y Tres Ríos.
Desde ahí se mueven en grandes grupos que incluyen familias enteras en lo que se conoce como The Big Swing trabajando y migrando por los estados que constituyen el cinturón del algodón..
Muchos de estos migrantes lo hacen como temporeros, pero otros, particularmente los más jóvenes, se quedan.
Además de los mexicanos que emigran hacia Estados Unidos por motivos económicos también están los que lo hacen por razones políticas, por haber tenido problemas con el Porfiriato.
A partir de 1910 eventos históricos y legales causan un incremento notable en el número de mexicanos cruzando hacia el Norte.
La Revolución Mexicana
En primer lugar, el estallido de la Revolución Mexicana en 1911 que llevó a un número estimado de entre medio millón y un millón de personas de clase media a buscar refugio en Estados Unidos. La mayoría regresaron a su país al acabar la violencia, pero otros muchos se quedaron en su nuevo país.
La Primera Guerra Mundial
En segundo lugar, el estallido de la Primera Guerra Mundial y la entrada de Estados Unidos en la contienda cuando miles de mexicanos emigran hacia Pennsylvania, Minneapolis y Detroit para trabajar en la sidelurgia y en la industria del automóvil. Y también en las plantas de procesamiento de carne de Chicago y Kansas City.
Immigration Act de 1924
En tercer lugar, la ley de inmigración de 1924 (Immigration Act) impone importantes restricciones a la inmigración china, mientras que no impone cuotas a la procedente de México. Como consecuencia, muchos mexicanos emigraron para trabajar en la agricultura en Texas (Río Grande Valley), Arizona (Tucson) y California (Imperial Valley).
De hecho, los mexicanos son una pieza fundamental en el desarrollo de California como potencia agrícola.
Guerra de los Cristeros
Y en cuatro lugar, el estallido de la Guerra de los Cristeros en 1926 cuando campesinos y rancheros de los estados de Jalisco y Michoacán se rebelan contra las políticas religiosas del presidente Plutarco Elías Calles, es la causa de la migración de casi 500,000 mexicanos hacia Estados Unidos.
Millones de mexicano-americanos actuales son descendientes de los mexicanos que emigraron a Estados Unidos entre 1911 -inicio de la Revolución mexicana- y 1929 -comienzo de la Gran Depresión en Estados Unidos.
Gran Depresión: auto deportaciones, deportaciones y blancos
Mexicanos cruzando la frontera a Estados Unidos. 1 de enero de 1938. Photo Credit: Foto de Buyenlarge. Getty Images.
La Gran Depresión llevó a la agencia de Inmigración (INS) a aplicar una política de deportación. Algunos estados, como Ilinois, Michigan e Indiana, incluso pagaron por los boletos de tren para que los mexicanos se autodeportaran a su país.
En otros estados, como Texas, los Rangers activamente se involucraron en expulsar del país a aquellos migrates que se negaban a auto-deportarse.
Durante este periodo, aproximadamente unos 400,000 mexicanos regresaron a su país.
Cuando los mexicanos fueron clasificados como blancos
Al mismo tiempo, la discriminación era virulenta y tenía importantes consecuencias legales. En 1935, un juez de Inmigración en una corte federal dictó que tres migrantes de origen mexicano no podía optar a la ciudadanía americana mediante el trámite de la naturalización porque no eran blancos.
El presidente Franklin Delano Roosevelt puso fin a ese problema con una decisión administrativa: dio orden a los organismos de su gobierno, como la Oficina del Censo, el INS y los Departamentos de Estado y de Trabajo, de clasificar a los mexicanos como blancos.
Y así puso fin a una discriminación que tenía importantes efectos legales. En aquella época, al igual que sucede hoy en día, hay importantes derechos que sólo tienen los ciudadanos americanos.
II Guerra Mundial: integración y discriminación y también inmigración
2 víctimas mexicano-americanas de las revueltas de los trajes Zoot. 7 de junio de 1943. Photo Credit: Foto de Anthony Potter Collection/Hulton Archives. Getty.
El ataque japonés a Pearl Harbour trajo consigo un gran apoyo de los mexicanos-americanos al esfuerzo bélico de los Estados Unidos.
En la Segunda Guerra Mundial
Unos 500,000 varones mexicano-americanos sirvieron en las Fuerzas Armadas, lo que representa casi el cinco por ciento del total de personas que sirvieron. Los mexicanos-americanos fueron la minoría que porcentualmente recibieron más Medallas de Honor del Congreso por su participación bélica.
Aunque sirvieron integrados al ser calificados como blancos lo cierto es que particularmente a su regreso al país sufrieron importantes casos de discriminación, como por ejemplo a la hora de recibir tratamiento médico como veteranos.
En 1945, al finalizar la Guerra, los soldados obtuvieron los beneficios de la Ley de GI, beneficiándose de un año de pago de desempleo (unemployment), de pago de estudios para la high school y college e incluso de créditos a bajo interés para pagar por hipotecas.
Al mismo tiempo miles de mexicano-americanos, incluida mujeres, tuvieron acceso a trabajos mejor pagados para sustituir a los millones de soldados estadounidenses desplegados en los distintos frentes y también se vivió un éxodo muy importante desde las zonas rurales a las urbanas.
A pesar de servir en el Ejército y de apoyar fervientemente la política de los Estados Unidos en este punto, los mexicanos americanos siguieron padeciendo discriminación durísima en algunos frentes durante la guerra y en los años posteriores:
· segregación en las escuelas, lo que llevó a demandas por parte de líderes mexicano-americanos en Texas y California. Por ejemplo, por ley en este último estado los niños latinos debían estudiar en lo que se denominaba "escuelas mexicanas". Esto llegó a su fin en 1947 cuando líderes civiles demandan en el caso Mendez v. Westmister y logran una sentencia que declara inconstitucional la segregación escolar en California.
· prohibiciones de hecho para ejercer el derecho al voto o de servir como jurado si el acusado era mexicano-americano.
· segregación en las casas de funeral, incluso para soldados que fallecieron en combate defendiendo a los Estados Unidos, como el caso de Félix Longoria.
· ataques injustificados, como el caso de Zoot Suit Riots (pachucos) cuando en 1943 unos marineros y Marines atacaron a jóvenes mexicano-americanos en Los Angeles que vestían ese tipo de trajes. Este incidente dio lugar a otros similares en otras partes de Estados Unidos, como Chicago, Oakland, Nueva York o Filadelfia.
· Injusticia, como la del caso del asesinato de Sleepy Lagoon, cuando en 1942 nueve jóvenes mexicano-americanos fueron condenados, sin ninguna garantía judicial, del asesinato de José Díaz. Aunque sus condenas fueron revocadas más tarde, el asunto creó un gran sentimiento anti mexicano-americano en todo el país.
Bracero
Además, durante la Segunda Guerra Mundial y debido a la escasez de mano de obra porque los hombres jóvenes estaban desplazados a los distintos frentes se creó en 1942 el Programa Bracero para que con carácter temporero migrantes mexicanos trabajasen en Estados Unidos.
Estos trabajadores desempeñaron su trabajo principalmente en los campos agrícolas de California, (Central Valley), Oregón, Washington y Texas. Pero también hubo un importante número de trabajadores -unos 100,000, que trabajaron en el ferrocarril.
En un sólo año, llegó a haber más de 400,000 mexicanos en este programa. Cuando finalizó en 1962 en medio de fuertes acusaciones de explotación laboral y de rebajar los sueldos de los trabajadores americanos, más de cuatro millones de mexicanos habían pasado por este programa.
Sequía migratoria: décadas de los 50, 60 y 70
Un grupo de campesinos migrantes trabajando en los años 60. Photo Credit: Foto de Lambert. Getty Images.
Los años 50, que coinciden con un buen momento económico de los Estados Unidos, es una época mala para la emigración mexicana. Durante los años del Miedo Rojo sel senador Joseph McCarthy se desarrolló la Operación Espaldas Mojadas (Wetbacks).
La consecuencia de esta operación, unos 70,000 trabajadores indocumentados fueron deportados y aproximadamente 700,000 dejaron voluntariamente los Estados Unidos.
El fin del programa Bracero en 1962 seguido de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965 dieron lugar a un periodo de reducción importante en el flujo migratorio.
La Ley supuso el establecimiento de cuotas muy limitadas para emigrar según el lugar de origen de los emigrantes, resultando en un freno importante no sólo para los mexicanos sino también para el resto de los latinoamericanos.
Para los mexicanos significó casi dos décadas de un cambio a poca migración y, además, de carácter temporal y por cortos periodos de tiempo.
Mientras, los mexicanos-americanos vivieron a través de un tiempo de importantes luchas laborales y civiles.
Las grandes luchas laborales
Consejo de UFW. Sentados, segundo por la izquierda, César Chávez y primera por la derecha Dolores Huerta.Photo Credit: Fotoo de Cathy Murhphy. Getty Images.
Los mexicano-americanos tienen una grandísima historia como luchadores de derechos laborales que se remonta a principios del siglo XX cuando comienzan a organizarse en sindicatos (unions) mineros y agrícolas para demandar mejoras económicas y de las condiciones de trabajo.
Sus luchas no siempre tuvieron éxito y, en ocasiones, fueron muy violentas con represiones que alcanzaron situaciones de detenciones masivas, asesinatos de líderes sindicales e, incluso, masacres como la ocurrida en Colorado en 1928.
Pero sin duda las luchas sindicales más renombradas fueron las lideradas por César Chávez y Dolores Huerta de United Farm Workers (UFW) en los años 60 y 70, movilizando a los trabajadores para boicotear a los patronos del negocio de la uva en los valles de Coachella y San Joaquín en California.
También consiguieron importantes movilizaciones en Texas, Arizona y Florida.
Las grandes luchas civiles
El 23 de septiembre de 1973 Boinas Marrones, grupo militante chicano, son escoltados por la policía de Los Angeles después de ocupar la isla de Santa Catalina por 24 días. Photo Credit: Foto de Underwood Archives.
Las luchas de décadas contra la segregación y la discriminación sirvieron de base para grandes movimientos y organizaciones que se forman en los años 60.
Así, en 1968 se funda el Fondo Educacional y de Defensa Legal de los Mexicano-Americanos (MALDEF, por sus siglas en inglés), que se focaliza en presión política y formación de líderes.
Ese mismo año se funda El Consejo Nacional de la Raza (NCLR, por sus siglas en inglés).
Aunque hoy representa a todos los grupos latinos, sus orígenes son mexicano-americanos.
Chicanos y Boinas Marrones
En esa década florece el Movimiento Chicano, cuyos líderes iniciales fueron los activistas Rodolfo Gonzales y Reies Tijerina. En los años posteriores destacaron, entre otros, Richard Alatorre y Cruz Bustamante.
El Movimiento Chicano se centró originalmente en la lucha contra la discriminación en el trabajo y en la educación, en poner de manifiesto la brutalidad policial y en resaltar la exclusión política de los mexicanos-americanos.
Su presencia fue especialmente notable entre los estudiantes de high school y de universidad, siendo fundamental su papel en las protestas de Los Angeles y Denver de 1968 y en lo que se conoce como el Moratorio Chicano de Los Angeles en 1970 para protestar la Guerra de Vietnam y en la que también participaron los Boinas Marrones.
Este grupo de los Boinas Marrones se caracterizó por pedir el fin de la brutalidad policial, de la discriminación en las escuelas y que Estados Unidos regresara a México todo el territorio que adquirió en el siglo XIX a costa de su vecino del Sur.
En los años 80 el Movimiento Chicano experimenta importantes cambios en sus objetivos para centrarse en la crítica al sistema educativo y también en la representación que de la población latina hacen los medios de comunicación anglos y en cómo ignoran ciertos tópicos de máximo para la comunidad.
Asimismo, el Movimiento Chicano en la actualidad muestra interés en el tema migratorio y de derechos de los inmigrantes.
Dos crisis mexicanas: años 80 y 90
Las crisis mexicanas contribuyeron a un crecimiento importante en la emigraicón hacia USA. Photo Credit: Foto de Robert Nickelsberg. Getty Image.
En las relaciones de emigración-inmigración hay que tener en consideración los factores que impulsan a las personas a salir de sus casas para buscar una vida mejor en tierra extraña.
En el caso de los mexicanos en los años 80 y 90 hay dos causas económicas muy claras:
· La crisis de la deuda de 1982 que afecta a casi toda Latinoamérica pero muy especialmente a México. Es lo que se conoce como "la década perdida".
· La crisis del gobierno de Carlos Salinas de Gortari que se inicia con el desmantelamiento de los ejidos en 1991, sigue con la importación masiva a precios subsidiados de maíz de los Estados Unidos por aplicación del Tratado de Libre Comercio. Esto hunde los precios del mexicano y provoca una gran crisis agraria en el país y finalmente, la debacle del peso de 1994.
·
El efecto expulsión se manifiesta claramente en el censo de Estados Unidos que muestra como en apenas dos décadas la población de origen mexicano crece en aproximadamente cinco millones de personas.
Aunque el destino favorito siguen siendo los estados del Suroeste y California comienzan a formarse en estas migraciones grandes colonias mexicano-americanas en estados como Arkansas, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia.
2 leyes migratorias que cambiaron las cosas para mejor...y para peor
Ronald Reagan en Ellis Island. Photo Credit: Foto de Diana Walker. Getty Images.
Las décadas de los 80 y de los 90 fueron testigos de dos cambios legislativos con importantes consecuencias migratorias.
En primer lugar la Ley de Control y Reforma Migratoria (IRCA, por sus siglas en inglés) de 1986 cambió la política migratoria en importantes aspectos.
La amnistía de Reagan
Esta ley, también conocida como Simpson-Mazzoli Acto, incluso, como la Amnistía de Reagan, estableció que:
· • es ilegal contratar con conocimiento a inmigrantes ilegales
• los patronos tienen la obligación de verificar el estatus migratorio de sus empleados
• se destina más dinero al control de la frontera entre México y Estados Unidos
• y legalizó a aproximadamente 2.7 millones de indocumentados, de ellos, más de 2.3 de origen mexicano.
Para poder legalizarse había que pertenecer a una de las siguientes categorías: agrícolas temporeros y aquellos que podía demostrar haber vivido de forma continua en Estados Unidos desde el uno de enero de 1982. Es lo que se conoció como los programas SAW y LAW.
Una de las consecuencias de esta legalización fue el incremento en poder económico de estos inmigrantes, así como la mejora en tasas de educación y de propiedad de vivienda.
Otro efecto importante de IRCA y el sentimiento de libertad que acompañó a la legalización fue la migración interna dentro de Estados Unidos, muy grande hacia California y también hacia lugares relativamente nuevos para los mexicanos, como la ciudad de Nueva York.
Los críticos de esta reforma la han acusado de ser una de las causas de la inmigración masiva de mexicanos hacia Estados Unidos a partir de 1990. Su argumento es que se produce la migración no sólo por las crisis en México sino también porque hay la esperanza de que en algún punto será posible arreglar los papeles, aunque en un principio no se tengan.
La Ley de Reforma de Inmigración Ilegal y Responsabilidad Migratoria (IIRIRA, por sus siglas en inglés).
Esta ley de 1996 cambió de manera importante importantes aspectos migratorios para endurecerlos, en particular:
· Amplió las causas de deportación y el tiempo que se puede estar detenido.
· Y estableció el castigo de los tres y de los 10 años para los casos de presencia ilegal, que es el origen de mucho de los caos migratorios actuales.
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La aplicación de IIRIRA, que hace muy difícil la legalización de indocumentados, y el hecho de que siguen ingresando ilegalmente por la frontera o quedándose después de una entrada legal son la causa de que en la actualidad se estima en 11.4 millones de inmigrantes los indocumentados presentes en Estados Unidos, esto es, el 3.5 por ciento de la población del país.
La situación actual de los mexicanos y de la migración mexicana
Los mexicano-americanos: una población muy joven con todo el futuro por delante. Photo Credit: Foto de Paul Warner. Getty Images.
En Estados Unidos viven un total de 33.7 millones de personas de origen mexicano. De ellas, la mayoría son nacidas en Estados Unidos (22.3 millones) y 11,6 millones nacieron en México.
En otras palabras, 11 de cada 100 habitantes de Estados Unidos son mexicano-americanos o mexicanos.
Además, son el grupo más grande entre todos los latinos, así lo están haciendo económicamente.
Desde el punto de vista migratorio quedan muchos asuntos por resolver, como el número muy grande de indocumentados, la crisis en la frontera, las largas esperas para algunos tipos de migraciones legales, el alto grado de deportaciones.
Pero no cabe duda que la población mexicano-americana es parte fundamental de la historia y del futuro de los Estados Unidos.
Foto principal: Estados Unidos y sus territorios antes de la incorporación de la parte de México. Photo Credit: Foto de Getty Images.
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