jueves, 9 de febrero de 2017

La diplomacia rusa: más de 450 años de historia (I Parte)

 Por Marcos Borcoski

31/01/2017

La Federación de Rusia celebra el 10 de febrero el Día del Diplomático.
"Mejor diez años de negociaciones que un día de guerra". (Andrey Gromyko, canciller de la antigua Unión Soviética)

El mundo está convulsionado en muchas partes. Hay guerras, luchas intestinas y batallas tribales. Pero si bien existen conflictos, siempre ha existido un trabajo silencioso, a veces anónimo, que ha permitido evitar conflictos y, en muchos casos, acortar sus duraciones y consecuencias.


Este ha sido el trabajo de la diplomacia. Y cuando se habla del mundo de la diplomacia la gente común se imagina a personajes que acuden a recepciones oficiales, beben champagne y degustan delicatessen. Pero la verdad es que hay mucho más que eso. Mucho más. Por ejemplo, en Rusia la diplomacia ha cumplido más de 450 años. Hacer un resumen de la historia de la diplomacia rusa, desde sus inicios y hasta la actualidad es una tarea titánica y casi imposible, pero trataré de hacerlo.

En Rusia, la diplomacia se funde con nombres de personajes históricos y que más de alguna vez hemos escuchado nombrar.
Sus inicios se remontan al siglo XVI cuando Iván Mikhailovich Viskovatiy inició sus actividades de orden diplomática el 25 de julio de 1570, es decir, hace 447 años-- cuando había pasado solo 29 años del descubrimiento de Chile-- durante el régimen del Zar Iván el Terrible, y considerado uno de los creadores del estado ruso. Los historiadores dicen que gracias a los esfuerzos de Viskovatiy, en 1556 se formó el Posolsky Prikaz, el actual Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.

El Príncipe Borís Ivanovich Kurakin (en el retrato al final de esta crónica) fue el tercer Embajador permanente de Rusia en el extranjero, recordado como el Padre de la Diplomacia Rusa, inició su carrera diplomática en 1707 cuando fue enviado a Roma para convencer al Papa Clemente XI para que no reconociera al candidato de Carlos XII de Suecia, Stanislaus Leszczynski, como Rey de Polonia. Entre 1708 a 1712 representó a Rusia en Londres, Hannover y La Haya. Imaginemos esto: La Haya-- el nombre de una ciudad que ahora suena en los medios chilenos-- en la década de 1700 Rusia ya tenía un embajador. De 1716 a 1722, ocupó el cargo de embajador en París y en 1722 fue nombrado supervisor de todos los embajadores rusos acreditados en los diferentes tribunales europeos.

Alexander Mikhailovich, dueño de una reputación duradera, fue un estadista ruso perteneciente a una familia principesca y aún en los tiempos modernos se le recuerda como uno de los diplomáticos más influyentes y respetados del siglo XIX.

Alexander Serguéievich Griboiédov o Griboyédov, fue además de diplomático dramaturgo, músico, y poeta. Se inició en la carrera militar, pero la abandonó por la actividad diplomática. De 1818 a 1829, con ciertos intervalos, estuvo destinado en la Embajada rusa en Teherán, llegando a ocupar el cargo de ministro plenipotenciario.

Pero viajando en esta máquina del tiempo imaginaria, comienzan a surgir nombres que quienes estamos en el periodismo comenzamos a reconocer.

Andrey Gromyko asumió como Ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética en 1957. Fue un diplomático de primer nivel durante 48 años como representante de la URSS y considerado tanto en la Unión Soviética como en Occidente como negociador prodigiosamente capaz. Desempeñó un papel central en las negociaciones con las potencias extranjeras que abarcan desde la Segunda Guerra Mundial hasta el comienzo de la era de la Perestroika. Sirvió bajo cinco líderes soviéticos desde Stalin hasta Gorbachov. Su estilo de negociación fue legendario. Tenía una memoria privilegiada, que le permitió recurrir a innumerables argumentos legales y diplomáticos, nombres, fechas y hechos durante las discusiones. Gromyko comentó más adelante este estilo: "Mejor diez años de negociaciones que un día de guerra".

Gromyko es recordado como Canciller y una de las figuras más importantes durante la época de la Guerra Fría y estaba en ese cargo cuando se produjo la crisis de los misiles en Cuba y fue el promotor de la idea de la "détente" o distensión con Occidente. En 1963 suscribió el Tratado de Prohibición de Pruebas de Armas Nucleares en la atmósfera, en el espacio exterior y submarinas; en 1973 firmó el acuerdo URSS/EE.UU. para la prevención de la Guerra Nuclear y en 1979, el acuerdo entre ambas potencias sobre la limitación de armas estratégicas ofensivas.

También hubo un ruso que batió todos los record de su permanencia diplomática en los Estados Unidos. Anatoli Fiódorovich Dobrynin era el embajador soviético en los Estados Unidos cuando en el año 1962 se produjo la crisis de los misiles en Cuba. Prestó servicios diplomáticos en ese país durante los gobiernos de John Kennedy, Lyndon B. Johnson, Richard Nixon, Gerald Ford, Jimmy Carter y Ronald Reagan.

La rivalidad durante la Guerra Fría le convirtió en un hombre clave en el diálogo geopolítico que mantenía entonces la Unión Soviética con los Estados Unidos. Y fue en diciembre de 1989 que asistió a la Cumbre de Malta que formalmente puso el punto final a la Guerra Fría. La diplomacia en plena acción. (Continuará).


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