El Nuevo Herald
El presidente ecuatoriano Lenín Moreno en el cierre de un acto de
campaña en favor del “Sí” en Quito el 31 de enero. Dolores Ochoa AP
Correa se enfrenta a una “muerte política” con el referendo en Ecuador
POR JIM WYSS
Actualizado 02 de febrero de 2018
BOGOTÁ, COLOMBIA
Se espera que este fin de semana los ecuatorianos,
incluidos los que viven en el sur de la Florida, hagan algo que hubiera sido
impensable hace solo un año: acabar con la carrera política de Rafael Correa,
el líder socialista que dirigió la nación durante una década y que una vez
fuera considerado el presidente más popular de la región.
El
domingo, se les pedirá a los votantes que evalúen siete preguntas generales en
un referéndum, incluida una que restablece el límite de mandatos en la
presidencia, del que Correa se deshizo en el 2015.
Si la
medida se aprueba, como lo sugieren las encuestas, cambiará radicalmente el
panorama político en un país donde muchos pensaron, y algunos temían, que
Correa pudiera convertirse en presidente vitalicio.
Y
puede ser otra señal de que la otrora ascendente izquierda de América del Sur —
construida sobre las espaldas de líderes carismáticos como el venezolano Hugo
Chávez y el boliviano Evo Morales — pueda estar en retirada.
Cuando
Correa, un economista de 54 años que estudió en Estados Unidos, renunció hace
ocho meses, su regreso parecía inevitable. Su sucesor elegido a dedo, Lenín
Moreno había ganado la presidencia prometiendo continuar las políticas de su
jefe.
La
oposición temía que el apacible Moreno — vicepresidente anterior de Correa —
cumpliera diligentemente su mandato de cuatro años y luego se hiciera a un lado
para dar paso al carismático Correa, quien podría conservar el poder por
décadas, ya que sus aliados ideológicos en Venezuela y Bolivia también están
intentando hacerlo.
En
cambio, Moreno cambió el guión, se acercó a los enemigos de Correa en la
comunidad empresarial, aflojó los controles sobre la prensa y tomó medidas
enérgicas contra la corrupción. En diciembre, la administración condenó a Jorge
Glas, el vicepresidente que Moreno había heredado de Correa, a seis años de
cárcel por aceptar sobornos del gigante de la construcción brasileño Odebrecht.
Moreno,
de 64 años, un orador motivacional que usa una silla de ruedas desde que
recibió un disparo en un robo fallido en 1998, ha promovido el referéndum como
una forma de erradicar la corrupción y proteger la delicada democracia del
país. Esa postura lo ha colocado en oposición directa con su antiguo mentor.
“Las
cosas se desgastan y es por eso que es tan importante alternar. Es por eso que
es importante cambiar “, dijo a una multitud de seguidores en la capital
ecuatoriana la noche del miércoles. “Para que no tengamos funcionarios que
permanezcan en el gobierno para siempre, y para que podamos brindarles a estos
jóvenes maravillosos... la oportunidad de gobernar el país, tenemos que decir
‘sí a la vida’”.
Para
Correa, quien nunca ha perdido una elección, el referéndum del domingo es la
“traición” definitiva de su antiguo subordinado.
Acusa
a Moreno de usar el voto, que calificó de ilegal, para tratar de desmantelar la
“Revolución Ciudadana” de Correa, el poderoso movimiento de izquierda que
construyó entre el 2007 y el 2017, y que controlaba todas las ramas del
gobierno.
Simpatizantes del ex presidente Rafael Correa lo
esperan en un acto en Rumicucho, Ecuador, el 29 de enero del 2018.
Dolores
Ochoa AP
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