domingo, 4 de febrero de 2018

Referendo en Ecuador seria la muerte política de Rafael Correa

El Nuevo Herald




El presidente ecuatoriano Lenín Moreno en el cierre de un acto de campaña en favor del “Sí” en Quito el 31 de enero. Dolores Ochoa AP

Correa se enfrenta a una “muerte política” con el referendo en Ecuador
POR JIM WYSS

Actualizado 02 de febrero de 2018

BOGOTÁ, COLOMBIA 

Se espera que este fin de semana los ecuatorianos, incluidos los que viven en el sur de la Florida, hagan algo que hubiera sido impensable hace solo un año: acabar con la carrera política de Rafael Correa, el líder socialista que dirigió la nación durante una década y que una vez fuera considerado el presidente más popular de la región.
        El domingo, se les pedirá a los votantes que evalúen siete preguntas generales en un referéndum, incluida una que restablece el límite de mandatos en la presidencia, del que Correa se deshizo en el 2015.
        Si la medida se aprueba, como lo sugieren las encuestas, cambiará radicalmente el panorama político en un país donde muchos pensaron, y algunos temían, que Correa pudiera convertirse en presidente vitalicio.
        Y puede ser otra señal de que la otrora ascendente izquierda de América del Sur — construida sobre las espaldas de líderes carismáticos como el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales — pueda estar en retirada.
        Cuando Correa, un economista de 54 años que estudió en Estados Unidos, renunció hace ocho meses, su regreso parecía inevitable. Su sucesor elegido a dedo, Lenín Moreno había ganado la presidencia prometiendo continuar las políticas de su jefe.
        La oposición temía que el apacible Moreno — vicepresidente anterior de Correa — cumpliera diligentemente su mandato de cuatro años y luego se hiciera a un lado para dar paso al carismático Correa, quien podría conservar el poder por décadas, ya que sus aliados ideológicos en Venezuela y Bolivia también están intentando hacerlo.
        En cambio, Moreno cambió el guión, se acercó a los enemigos de Correa en la comunidad empresarial, aflojó los controles sobre la prensa y tomó medidas enérgicas contra la corrupción. En diciembre, la administración condenó a Jorge Glas, el vicepresidente que Moreno había heredado de Correa, a seis años de cárcel por aceptar sobornos del gigante de la construcción brasileño Odebrecht.
        Moreno, de 64 años, un orador motivacional que usa una silla de ruedas desde que recibió un disparo en un robo fallido en 1998, ha promovido el referéndum como una forma de erradicar la corrupción y proteger la delicada democracia del país. Esa postura lo ha colocado en oposición directa con su antiguo mentor.
        “Las cosas se desgastan y es por eso que es tan importante alternar. Es por eso que es importante cambiar “, dijo a una multitud de seguidores en la capital ecuatoriana la noche del miércoles. “Para que no tengamos funcionarios que permanezcan en el gobierno para siempre, y para que podamos brindarles a estos jóvenes maravillosos... la oportunidad de gobernar el país, tenemos que decir ‘sí a la vida’”.
        Para Correa, quien nunca ha perdido una elección, el referéndum del domingo es la “traición” definitiva de su antiguo subordinado.
        Acusa a Moreno de usar el voto, que calificó de ilegal, para tratar de desmantelar la “Revolución Ciudadana” de Correa, el poderoso movimiento de izquierda que construyó entre el 2007 y el 2017, y que controlaba todas las ramas del gobierno.

Simpatizantes del ex presidente Rafael Correa lo esperan en un acto en Rumicucho, Ecuador, el 29 de enero del 2018.
Dolores Ochoa AP



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