En
declaraciones a los medios de prensa Rafael Correa puso de relieve los
problemas que genera que la moneda oficial de Ecuador sea el dólar
estadounidense. Para el presidente y economista "el cuello de botella, el
factor crucial" para cualquier nación "en vías de desarrollo" es
"su sector externo".
Al
respecto subrayó que "el principal instrumento para controlar ese
factor externo se llama tipo de cambio". Pero "ingenuamente,
absurdamente, Ecuador renunció" a esa herramienta y "cometió un
suicidio monetario".
Desde el
año 2000 -y tras una fuerte crisis a fines de los años '90- que Ecuador tiene
su economía dolarizada. Es uno de los tres países latinoamericanos en esta
condición, junto a Panamá y El Salvador.
Una década excepcional
Si bien el
país tiene como moneda oficial el dólar desde hace 16 años, las declaraciones
de Correa emergen en este momento debido al cambio de coyuntura económica.
"Colombia nos depreció la moneda. Perú nos depreció la moneda, y nosotros
no pudimos responder", explicó el mandatario. Asimismo añadió que, en este
escenario, no tienen forma de "equilibrar los desbalances" en el
sector externo, "como la caída del precio del petróleo. Para eso tenemos
que recurrir a una serie de malabares".
Al respecto
el economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Pablo Wahren, señaló en
diálogo con RT que "en los últimos años este modelo de la dolarización fue
sostenible por el alza de los precios de las commodities". Eso permitió un
ingreso de dólares "extraordinario" lo que permitió "garantizar
un buen funcionamiento de su economía”.
"En
términos de competitividad el resto de las monedas del mundo se estaban
apreciando respecto al dólar por lo que Ecuador se volvió un poco más
competitivo", añadió Wahren. Y enfatizó que "era un esquema
sostenible en esa década excepcional de alza de precios de las commodities y
gran ingreso de divisas a los países".
Problemas previsibles
"Ahora
esta situación cambió", sentenció Wahren y detalló que "los precios
de las commodities ya no están en los niveles de hace algunos años y además hay
un reflujo de capitales financieros desde países emergentes hacia EE.UU.".
Todo esto genera "un debilitamiento de las monedas locales".
El también
economista de la UBA y columnista de Radio del Plata, Itai Hagman, coincidió en
que la dolarización "solo es posible de sostener con ingresos de divisas
vía exportaciones (como ocurrió en los últimos años) o vía deuda externa (como
ocurrió en los '90)". Hagman remarcó la coherencia de Correa al recordar
que escribió "un libro sobre economía antes de ser presidente" en
donde califica a la dolarización "como un suicidio monetario".
"Es la
fase superior del neoliberalismo, que en la Argentina se intentó aplicar como
salida a la crisis de 2001", añadió. También destacó que "el
problema" de la dolarización es que "el Estado se queda sin una
herramienta fundamental de política económica que es la monetaria"
.
¿Se puede salir de la dolarización?
Para
Correa, aun con todos los problemas que trae, salir de este modelo
"causaría un caos económico, social y político". El presidente
ecuatoriano dijo que deben "sostener la dolarización pero estando muy
conscientes de las restricciones. Es como pelear en el ring de la globalización
con una camisa de fuerza".
Este es
"el absurdo de las irresponsabilidades de nuestras élites que tanto daño
le han hecho al país", criticó Correa, pero reconoció que ahora "no
queda más que continuar con la dolarización, fortalecerla, mitigar sus
gravísimos problemas y tratar de aprovechar sus escasas oportunidades".
"Correa
probablemente tiene razón. Salir del dólar puede generar mucha
inestabilidad", dijo Wahren. Asimismo analizó que "pasar de lo que se
considera el activo más seguro a su propia moneda seguramente genere una
devaluación muy grande. Y las devaluaciones en América Latina, "en países
chicos semi-industrializados, suelen ser muy nocivas porque encarecen los
precios de todos los bienes transables", dijo.
Todo esto
generaría "tensiones inflacionarias" que "difícilmente son
compensadas por aumentos salariales". Derivando así en "una
redistribución regresiva del ingreso". Por eso "salir va a tener un
costo y quedarse también", concluyó Wahren.
Foto: © Source: Reuters
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