Desde el 20 de abril de 2014, cuando comenzó su segundo año de gobierno,
también ha planteado la creación de 84 instancias nuevas. Expertos coinciden en
que ha fracasado debido a que sus propuestas no se ajustan a la realidad y
tienen un sesgo ideológico demasiado elevado
El 12 de diciembre de 2014 el presidente Nicolás Maduro se reunió con
15.000 madres y padres cocineros del Plan de Alimentación Escolar (PAE) en el
Poliedro de Caracas. En medio de la algarabía del encuentro, anunció el
financiamiento de un proyecto para proveer de alimentos a los planteles
educativos públicos.
“Pueden comenzar a desarrollar huertos escolares y convertir nuestras
unidades educativas en unidades productivas de la patria. Estoy aprobando 111
millones de bolívares para montar los primeros huertos en el país. Tienen la
tarea de acabar con la comida chatarra”, sentenció Maduro junto a su esposa
Cilia Flores y pronosticó que en el futuro próximo habría 300 huertos de este
tipo en toda Venezuela.
Mucho es lo que se puede decir en más de 850 horas de transmisiones
televisivas y Maduro lo ha demostrado. Desde que comenzó su segundo año de
mandato, el 20 de abril de 2014, ese es el tiempo que ha acumulado en pantalla
durante 732 actos que tuvo hasta el pasado 15 de agosto. Varios de esos
espacios los utilizó para anunciar medidas especiales como distintos mecanismos
o estrategias para combatir los problemas del país. La idea de los huertos
escolares fue el proyecto número 26 que presentó en su segundo año, según una
cuenta propia de El Nacional.
Pero hablar no es lo mismo que hacer, así como hacer tampoco es
necesariamente sinónimo de hacer las cosas bien. Desde que arrancó su segundo
año, Maduro ha anunciado 122 medidas especiales, 1 cada 6 actos televisados, y
ha creado 84 instancias especiales para ejecutar esos planes o atender
distintos problemas, 1 cada 9 transmisiones. Pese a eso, la inflación sigue
disparada, la escasez continúa generando colas y la inseguridad no deja de
cobrar vidas.
“Todas las propuestas terminan siendo planes de papel que no tienen ningún
apego a la realidad. El gobierno no es realista y vive en una fantasía. Piensan
que decretando cosas se vuelven realidad y eso no funciona así. Nunca dicen
cómo van a lograr exitosamente lo que se proponen”, advierte Alberto Martínez,
economista y profesor de políticas públicas en la Universidad Simón Bolívar.
Un buen ejemplo de lo que señala el académico son los huertos escolares.
Casi dos años después de anunciado el plan, en las escuelas públicas el PAE
tuvo entre 2015 y 2016 su peor desempeño en mucho tiempo, asegura Olga Ramos,
coordinadora del Observatorio Educativo de Venezuela.
“El desabastecimiento de Mercal y Pdval, que surten a las escuelas,
impide que se asignen los insumos correspondientes y, además, su calidad bajó
mucho. Los huertos pueden funcionar como una herramienta pedagógica, pero nunca
podrán suplir los requerimientos de todas las escuelas porque su producción
depende de las estaciones y no es suficiente”, explica Ramos.
Grandes propuestas
El 30 de diciembre de 2014 el presidente Maduro se engalanó. Se atavió con un flux oscuro, una camisa blanca y una corbata azul con líneas blancas para realizar una cadena nacional desde el Palacio de Miraflores. Con lentes de vista puestos y mirada seria anunció el “Programa de Recuperación Económica 2015”.
No fue la primera vez en su presidencia que presentó un plan económico y
tampoco fue la última. Un mes después propuso un “plan piloto para vencer la
guerra económica en Caracas y Miranda” y al cabo de poco más de un año, el 17
de febrero de 2016, se volvió a trajear para anunciar la “Agenda Económica
Bolivariana”. En total ha formulado seis grandes planes para recuperar la
economía venezolana.
Pese a eso, dos indicadores han crecido a un ritmo más acelerado que las
ideas de Maduro para solucionar los problemas: la inflación y la escasez. Según
el Fondo Monetario Internacional, la primera podría cerrar el año por encima de
700%, a la vez que la segunda llegó a 82% en Caracas en mayo, según números de
Datanálisis.
La economía no es el único tema en el que la verborrea presidencial se
ha desatado. El gobierno también cambió de estrategia para enfrentar el tema de
seguridad, primero optando por “zonas de paz” y luego virando radicalmente al
presentar la Operación Liberación del Pueblo (OLP), caracterizada por su fuerza
en contra de las bandas.
Desde 2014 Maduro ha anunciado en televisión 5 grandes propuestas de
seguridad, comenzando el 24 de abril de ese año con las 20 parroquias focales
del plan Patria Segura y terminando el pasado 4 de agosto al proponer un
“relanzamiento” de la OLP. Sin embargo, en 2015 los asesinatos subieron a
17.778, según cifras de la propia fiscal general, Luisa Ortega Díaz, y el
Observatorio de la Violencia asegura que la cifra pudo haber superado los
27.000 realmente, lo que convierte al país en uno de los más peligrosos del
mundo.
“Muchas de las propuestas terminan siendo lo mismo, pero presentadas con
otro nombre. Su gran número indica que ninguna funciona. Un gobierno eficiente
anuncia tres o cuatro grandes planes y en base a eso trabaja”, afirma Martínez.
Además de la ineficacia, otro gran problema atado a la multiplicación de
proyectos e instancias de ejecución es la cantidad de recursos que se pierden
en el camino, lo cual es todavía más lamentable en un período de crisis como el
actual.
Maduro ha anunciado la conformación de 18 comisiones presidenciales, 8
ministerios, 7 estados mayores, 6 corporaciones, 5 sistemas o unidades de
trabajo y 3 comandos. Entre ellos están entes curiosos como la Unidad Especial
de Inteligencia contra la Guerra Económica y el Sistema de Inteligencia
Popular, Nacional y de Proteccioìn de Personalidades.
“Muchas de esas instancias traen consigo sueldos y salarios que deben
ser pagados. Además, se gasta un recurso humano valioso que pudiese ser utilizado
en otras áreas para producir”, indica Martínez.
Los especialistas coinciden que buena parte del fracaso del gobierno de
Maduro está asociada a su empecinamiento ideológico.
“El planteamiento socialista y político termina afectando. Buscan
centralizar todo el poder y su objetivo de mantenerlo los lleva a querer
controlar el poder judicial y a armar a grupos civiles como los colectivos o la
milicia. Esta concepción impide avanzar en el tema de la seguridad ciudadana”,
comenta Luis Izquiel, abogado penalista y criminólogo.
En el aspecto económico la realidad es similar: “Los controles excesivos
del Estado ya mostraron su fracaso en la China de Mao y la Unión Soviética.
Ellos se niegan a levantar los controles, que es lo que habría que hacer”,
concluye Martínez.
Discursos de Maduro se centran en la economía y olvidan la inseguridad
A pesar de que Nicolás Maduro centró buena parte de su campaña para las presidenciales de 2013 en el tema de la inseguridad y llegó a decir que sería “el presidente de la paz”, ese asunto ha quedado relegado de su agenda una vez llegó al poder.
Desde que comenzó su segundo año de gobierno y hasta el pasado 15 de
agosto, el mandatario ha aparecido en televisión en 556 días y en solo 17% de
ellos ha hablado del problema del crimen.
“Al principio de su gestión hizo mayor hincapié, pero como no logró
ningún éxito terminó adoptando la misma estrategia de Hugo Chávez: obviar el
asunto y tratar de sacarlo de la agenda política”, comenta el criminólogo Luis
Izquiel.
Maduro solo ha vuelto a hablar de la inseguridad en períodos
específicos, como cuando presentó la Operación Liberación del Pueblo el 13 de
julio de 2015, un anuncio que varios analistas identificaron como una
estrategia electoral de cara a las elecciones parlamentarias de ese año. Desde
entonces y hasta el final de agosto 2015, mencionó el asunto en 74% de las
veces que apareció en televisión. Luego de que pasaron los comicios esa cifra
bajó a 14% hasta el pasado 15 de agosto.
La economía sí ha estado presente en las alocuciones del presidente. En
77% de sus apariciones diarias habla de ella y, desde que comenzó su tercer
año, hace hincapié en la guerra económica en 77% de las jornadas públicas y en
el bachaqueo o contrabando en 38%, más que en la inseguridad.
Además del contrabando de productos, Maduro identifica a Estados Unidos
y la caída de los precios del petróleo como dos de las principales armas de la
guerra económica y parte de los responsables de la crisis por la que atraviesa
actualmente Venezuela.
Desde que comenzó su tercer año de mandato y también hasta el pasado 15
de agosto, ha mencionado a Estados Unidos en 54% de sus días en televisión y la
caída de los precios del crudo en 61%.
Y como la crisis se ha recrudecido y la popularidad del chavismo ha
empezado a tambalearse en las encuestas, Maduro ha recurrido a un nuevo tema:
la lealtad. En 50% de los días que aparece en televisión habla de ella o se
cataloga a él o a sus ministros como “hijos de Chávez”.
FRANZ VON BERGEN
FVONBERGEN@EL-NACIONAL.COM21 DE AGOSTO 2016 - 12:01 AM
FVONBERGEN@EL-NACIONAL.COM21 DE AGOSTO 2016 - 12:01 AM
Nicolás Maduro | Foto: Archivo El Nacional
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