El cese inevitable y legítimo de Sánchez es la única salida para el
partido
La
salida del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, forzado por la dimisión
este miércoles de una mayoría de su comisión ejecutiva, es imprescindible. En
circunstancias normales en la vida de cualquier partido político, el revés
recibido por el PSOE en las elecciones autonómicas celebradas en Galicia y el
País Vasco el pasado domingo, que se suma a las derrotas cosechadas en las dos
elecciones generales del último año, donde el PSOE ha obtenido los peores resultados
de su historia, deberían haber supuesto la dimisión automática de su líder.
Cualquier dirigente político cabal lo hubiera hecho sin dudarlo. Pero Sánchez
ha resultado no ser un dirigente cabal, sino un insensato sin escrúpulos que no
duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que
reconocer su enorme fracaso.